Colombia se encuentra en una encrucijada ambiental. A pesar de ser el país número 139 en el ranking mundial de emisiones de CO2, la nación se ha comprometido a reducir en un 51% sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para 2030, una meta ambiciosa que requiere esfuerzos colectivos, tanto del gobierno como del sector privado.
Un compromiso vital para el planeta
La reducción de la huella de carbono no es solo una meta numérica; es un imperativo para la supervivencia del planeta. Limitar el calentamiento global a niveles manejables es esencial para evitar fenómenos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar y la pérdida de hábitats naturales, situaciones que afectan no solo al medio ambiente, sino también a la economía y la sociedad en su conjunto.
Realidad actual: Un panorama preocupante
El camino hacia la neutralidad de carbono en Colombia enfrenta varios obstáculos. Según datos recientes, en 2022 las emisiones de CO2 en el país crecieron un 49.3% en comparación con 2021, alcanzando 88.47 megatoneladas. Esto pone de manifiesto la necesidad urgente de implementar medidas más efectivas y masivas para controlar estas emisiones. De hecho, solo el 27.5% de las empresas en Colombia mide actualmente su huella de carbono, lo que refleja una falta de conciencia y acción en la mayoría del sector empresarial.
Soluciones y alternativas sostenibles
A pesar de estos desafíos, existen ejemplos alentadores de empresas que están marcando la diferencia. Ática, una compañía especializada en la gestión de residuos ha implementado estrategias innovadoras para reducir su huella de carbono.
Entre sus proyectos destaca el uso de Combustible Derivado de Residuos (CDR), que convierte residuos en energía, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles. Además, la inversión en energías renovables, como la instalación de paneles solares y la implementación de una flota vehicular con fuentes de energía alternativas, ha permitido a la empresa disminuir sus emisiones en aproximadamente 1150 toneladas de CO2 al año.
El rol de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
El compromiso de Colombia con la Agenda 2030 de la ONU, que incluye los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es un marco crucial para alinear las políticas nacionales con los compromisos globales. Estos ODS no solo abordan el cambio climático, sino que también promueven la innovación, la infraestructura sostenible y el acceso a energías limpias y asequibles.
La importancia de la colaboración y la innovación empresarial
Para que Colombia logre sus objetivos climáticos, es fundamental que el sector empresarial se sume a este esfuerzo. La transición energética y la sostenibilidad no son solo responsabilidades del gobierno; las empresas tienen un papel clave en la adopción de tecnologías renovables y prácticas sostenibles que, además de proteger el medio ambiente, ofrecen beneficios económicos y sociales. Ejemplos como Atica demuestran que es posible combinar rentabilidad con responsabilidad ambiental, y que la colaboración entre el sector público y privado es esencial para construir un futuro más limpio y equitativo.
Conclusión
La meta de Colombia de alcanzar la neutralidad de carbono para 2030 es ambiciosa, pero no inalcanzable. Requiere un cambio significativo en la manera en que las empresas y los individuos entienden y manejan su impacto en el medio ambiente. Con un enfoque en la innovación, la colaboración y el cumplimiento de los ODS, Colombia puede no solo cumplir con sus compromisos internacionales, sino también liderar con el ejemplo en la lucha global contra el cambio climático. El tiempo para actuar es ahora, y el éxito depende de todos nosotros.