La historia ambiental de Colombia marcó un hito importante con la entrada en vigor de la Ley 2232, que prohíbe ciertos plásticos de un solo uso en el país. Esta legislación eliminó del mercado productos como mezcladores de bebidas, bolsas para periódicos, revistas y aquellas utilizadas en lavanderías y supermercados. Aunque existen excepciones para plásticos compostables, productos fabricados con 100% material reciclado y artículos destinados a fines médicos o de higiene, esta ley representa un paso decisivo hacia un futuro más sostenible.
Luísa Santiago, directora ejecutiva para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur, enfatiza que la eliminación de plásticos de un solo uso es esencial para frenar la contaminación. Santiago destaca tres pilares fundamentales para lograr una economía circular de plásticos: eliminar artículos innecesarios y problemáticos, mantener en circulación los plásticos necesarios y promover la innovación para que los plásticos sean reutilizables, reciclables o compostables. La nueva ley colombiana aborda directamente el primer frente: la eliminación.
El Papel de Colombia en el Tratado Global contra la Contaminación por Plásticos
Colombia ha sido un actor destacado en las discusiones internacionales sobre el Tratado Global para la Eliminación de Plásticos. Según Santiago, «Colombia ha demostrado una comprensión avanzada de las necesidades de la transición hacia una economía circular del plástico.» Este compromiso se refleja en la Ley 2232, pero Santiago señala que es necesario ir más allá, enfocándose en políticas que promuevan el diseño de productos reciclables, modelos de distribución que fomenten la reutilización y la viabilidad económica del reciclaje a gran escala. Estos esfuerzos no solo posicionan a Colombia como líder en la región, sino que también sirven de ejemplo para otros países.
Un Llamado a la Acción para las Empresas
La legislación y los debates internacionales envían un mensaje claro a la industria: la transición hacia una economía circular de plásticos es inevitable y urgente. Si no se toman medidas, se espera que la cantidad de plásticos en la economía se duplique para 2040, y que la contaminación plástica en los océanos se triplique. Además, el reciclaje por sí solo no será suficiente para resolver el problema, dado que la cantidad de plástico que entra al mercado supera la capacidad de reciclaje existente.
Sin embargo, la economía circular ofrece una solución más amplia. Según el informe «Financiando la economía circular: aprovechando la oportunidad», existe un alto potencial de crecimiento en este sector. Guilherme Suertegaray, gerente de relaciones con grandes empresas latinoamericanas en la Fundación Ellen MacArthur, afirma que las empresas que adopten la economía circular podrán aprovechar oportunidades de mercado y evitar las restricciones futuras. «Cuanto antes hagan la transición, menor será el impacto en su negocio», subraya Suertegaray.
Soluciones y Estrategias Innovadoras
Para guiar a las empresas en la creación de productos y modelos de negocio alineados con la economía circular, la Fundación Ellen MacArthur desarrolló la Guía de Innovación en el Origen. Esta guía propone estrategias como la eliminación, reutilización y circulación de materiales.
- Eliminación: Se refiere a la eliminación de envases innecesarios, ya sea de forma directa o innovadora. Un ejemplo de eliminación innovadora son los champús y acondicionadores en barra, que eliminan la necesidad de envases.
- Reutilización: Incluye estrategias donde los consumidores pueden reutilizar envases para recargar productos o devolverlos a la tienda. Este enfoque reduce la necesidad de nuevos envases y promueve un ciclo de uso más sostenible.
- Circulación: Involucra el reciclaje y compostaje de plásticos para mantenerlos en la economía. Es esencial innovar en materiales que sean verdaderamente reciclables y compostables, y considerar alternativas como el papel o aluminio, que tienen sistemas de reciclaje más establecidos.
Suertegaray enfatiza que la innovación requiere compromiso e inversión. Conocemos el potencial económico y ambiental de esta transformación, pero se necesita la colaboración de empresas, inversores y legisladores para acelerar este cambio. Es crucial crear condiciones favorables que impulsen esta transformación industrial y así proteger nuestro planeta para las futuras generaciones.
Colombia se posiciona como un líder en la lucha contra la contaminación por plásticos, pero este es solo el comienzo de un largo camino hacia un mundo más sostenible. Es responsabilidad de todos, desde ciudadanos hasta grandes corporaciones, unir fuerzas para lograr un cambio real y duradero.
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