a inteligencia artificial (IA) ya no es un tema del futuro: está transformando aceleradamente el mercado laboral global, y la educación universitaria en Colombia comienza a reaccionar ante esta nueva realidad. Con una demanda proyectada de más del 30 % en áreas como IA, ciberseguridad y análisis de datos hacia 2030, las universidades enfrentan el reto de formar profesionales capaces de responder a los desafíos de un entorno altamente digitalizado.
Colombia, en medio de una transformación educativa, ha venido cerrando brechas significativas en acceso y uso de tecnologías, especialmente en zonas rurales. Para 2024, el país alcanzó los 39,5 millones de usuarios conectados a internet, con una penetración del 75,7 % de la población. Este contexto ha facilitado la expansión de la educación virtual, que pasó del 10 % de las matrículas en 2018 al 22 % en 2023, y alcanzó una tasa de graduación del 65 % en 2024. Actualmente, más de dos millones de colombianos cursan programas de educación superior, y un 16 % lo hacen bajo modalidad virtual.
Este entorno es terreno fértil para que instituciones académicas integren tecnologías emergentes como la inteligencia artificial en sus planes de estudio. Y no solo se trata de adaptar contenidos técnicos: la IA exige una revisión ética, social y pedagógica profunda sobre cómo se forma a los futuros profesionales.
En un reciente encuentro con medios en Bogotá, la Universidad Internacional de Valencia (VIU), una de las universidades virtuales españolas con mayor presencia en Colombia, abordó esta transformación desde su experiencia. Según José Martí Parreño, Vicerrector de Investigación, Transferencia e Internacionalización de VIU, “la IA está transformando todos los ámbitos del conocimiento y la productividad. La universidad tiene el deber de preparar a los estudiantes para este escenario, no solo desde lo técnico, sino desde un enfoque ético y humano”.
Por su parte, la rectora Eva María Giner destacó que las universidades deben ser generadoras de conocimiento con impacto real: “Debemos garantizar que los avances académicos se traduzcan en oportunidades laborales y en soluciones concretas a desafíos globales como el cambio climático, la desigualdad y la transformación digital”.
Tendencias que transforman la educación virtual
La educación online no solo crece en volumen, también evoluciona en calidad e innovación. Entre las tendencias destacadas están la personalización del aprendizaje mediante IA, los modelos modulares y de microcredenciales, el uso de gamificación y realidad virtual, y plataformas híbridas con clases sincrónicas y asincrónicas. Estas herramientas permiten una formación más flexible, accesible y adaptada a los perfiles del estudiante contemporáneo.
“La disponibilidad de un acompañamiento 24/7, la atención personalizada y la flexibilidad en los tiempos de estudio son posibles gracias a la inteligencia artificial, especialmente en una universidad 100 % virtual como la nuestra”, afirmó Martí.
Además de los conocimientos técnicos, los expertos resaltaron la importancia de fortalecer habilidades blandas como el pensamiento crítico, la comunicación efectiva y la capacidad de adaptación a entornos laborales digitales. Estas competencias transversales son claves para navegar con éxito en un mundo laboral cambiante y automatizado.
Formación pertinente para los empleos del presente
En Colombia, el reto es aún más urgente. El Ministerio TIC estima que para 2025 se necesitarán más de 200.000 profesionales en áreas digitales. Esto representa una brecha crítica, pero también una oportunidad para que el sistema educativo se reinvente e impulse programas con impacto real en la empleabilidad.
La Universidad Internacional de Valencia (VIU), con 135 titulaciones activas en modalidad online, ha apostado por una formación alineada con estas demandas. Su oferta incluye programas en IA, ciencia de datos, salud digital, economía circular, neurociencia y gestión sanitaria. Actualmente, más de 2.500 colombianos cursan estudios en VIU, y la universidad mantiene alianzas activas con instituciones locales como la UNAD.
Su presencia en el país reafirma la importancia de anticiparse a los cambios del mercado laboral y de ofrecer una educación flexible, innovadora y centrada en las necesidades reales del siglo XXI. La inteligencia artificial ya está redefiniendo los perfiles profesionales, y la universidad que no se adapte corre el riesgo de quedar atrás.