El equipaje emocional de las familias empresarias

por | May 16, 2023

Después de más de 25 años de trabajar con familias empresarias latinoamericanas hemos encontrado que la mayoría de las causas de los problemas que terminan por destruir la unidad y compromiso de esas familias con sus empresas está en el sistema familiar. Se ha llegado a determinar que el 85% de las familias empresarias consideran que el problema está en las dificultades familiares. Este artículo explora a partir del libro “¿Cómo deshacerse del equipaje emocional de las familias empresarias?” las razones de dicha situación.

Un análisis de las razones por las cuáles las familias empresarias no logran que sus empresas sobrevivan más de dos o tres generaciones, tiene que ver con “El equipaje emocional de las familias empresarias”, este estudio se realizó hace algunos años por mi equipo de investigación, con el objetivo de descubrir cuáles eran las causas raíz que generan las denominadas trampas familiares, que son finalmente las responsables de la alta mortalidad de las empresas familiares. Cuando se es consultor de empresas de familia, se puede creer que es posible contrarrestar el efecto de las trampas con unos buenos órganos de gobierno a nivel de la empresa y de la propiedad como las asambleas de accionistas, juntas directivas, comités, y a nivel de familia con asambleas familiares y consejos de familia. Esto con el ánimo de mejorar la participación, comunicación e información de los miembros de una familia que al mismo tiempo son socios. Por años hemos aplicado estas herramientas, no obstante, estamos convencidos que no son suficientes para generar la unidad y el compromiso necesario para tener una empresa multigeneracional, porque hay razones mucho más de fondo que impiden que las relaciones entre padres, hijos, hermanos, tíos y demás miembros de la familia fluyan.

Algún integrante de una familia empresaria me dijo un día: “Usted ha hecho de todo en esta empresa, ha creado juntas directivas con miembros independientes, sistemas de evaluación y sistemas de compensación, nos ha dado una estrategia patrimonial, nos ha ayudado a acercarnos más, sin embargo, yo sigo odiando a mi papá”. Esta frase dicha por un propietario de segunda generación retumbó en mi cabeza durante años, porque pensé que no estaba solucionando los problemas de la empresa familiar, cuando una persona dice odiar a alguien, en especial si ese alguien es de su familia, es imposible pensar que las malas relaciones no acaben con la empresa.

Este tipo de reflexiones nos llevó con mi grupo de investigación a la tarea de encontrar las causas generadoras de las trampas familiares, nos basamos en los estudios de Judith Sills (1994) y Quentin Fleming (2000) sobre el equipaje emocional familiar y en los casos de estudio que hemos desarrollado con más de 300 familias de Latinoamérica. El “equipaje emocional familiar” se define como el conjunto de experiencias negativas como lo son las frustraciones, la ira, el rencor, los miedos, los fracasos que se van acumulando en nuestra vida, como en una maleta, convirtiéndose en un peso que no nos deja avanzar hacia nuestra felicidad. Las características de ese equipaje son varias: Va con nosotros a todas partes, siempre es más pesado de lo que parece, nunca se pierde, siempre regresa porque aún en un naufragio es lo que se salva, incluso le gusta abrirse de repente en el momento menos oportuno y dejar toda la ropa interior a la vista, viene grabado con nuestras iniciales de por vida, no importa con que cuidado se empaque, siempre se rompen los objetos más preciados.  

Solo cuando ese equipaje está a rebosar, es que no podemos cargar su peso y es cuando llega el momento de deshacernos de este. ¿Cómo hacerlo?, la única manera de deshacerse del equipaje es mediante la verdad, el reconocimiento, el desapego y la reparación. Por lo tanto, lo primero que debemos aceptar es que contamos con ese equipaje y después hay que encontrar la llave para abrir la maleta y descargar una a una las piezas. El equipaje emocional tiene una regla de oro. “Sin una intervención deliberada de terceros, cualquier tensión, conflicto, desacuerdo o patrones disfuncionales que existan en el sistema familiar, serán llevados de manera inexorable a la empresa y al patrimonio”. Esta regla de oro tiene tres premisas: la primera, es reconocer la existencia de ese equipaje emocional; la segunda, es reducir sustancialmente el equipaje emocional en la toma de decisiones y, la tercera, es ver el sistema familiar como si fuera el sistema solar, donde el  sol es la familia, porque el equipaje emocional familiar funciona como una fuerza centrífuga que trata de sacar al individuo de su órbita original. Sin embargo, el sistema familiar es tan noble que tiene una fuerza centrípeta llamada el amor que lo atrae hacia el centro de nuevo y lo deja en equilibrio. El problema es que si el equipaje emocional se hace más pesado, la fuerza centrífuga será mayor que la centrípeta, rompiendo la unidad familiar y con ello la disolución del patrimonio.

Las siguientes algunas de las piezas que hemos alcanzado a reconocer, donde encontramos patrones comunes que tienen que ver con cuatro elementos principales: la crianza, entendido como los procesos de educación, enseñanza y aprendizaje; creencias como el conjunto de principios psicológicos de una persona, pareja o grupo; costumbres como hábitos o tendencias adquiridas por la práctica y valores, principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento.  Estos cuatro términos se les denominan cultura y hábitos de una sociedad o grupo. Es por eso que los problemas latinoamericanos son diferentes a los anglosajones y por tanto, no siempre sirven los modelos de resolución de conflictos de otras latitudes para nuestra cultura. Solamente mejorando nuestra cultura tendremos la oportunidad de realizar un trabajo personal que busque trascender nuestras empresas a las siguientes generaciones.

Piezas del Equipaje Emocional Derivadas de la Crianza: 1) “Quiero que mis hijos trabajen juntos…pero no sé por qué no se llevan bien”; 2) “El Espasmo del Sollozo, ¿Aún en Adultos?”; 3) “No entiendo por qué mis hijos son tan individualistas”; 4) “A mis hermanas menores las criaron como hijas de papi y a mí…”; 5) “No entiendo por qué no me dejan ver a mis nietos”; 6) “Una Palmadita bien Puesta en el momento adecuado”; 7) “No quiero que mis hijos sufran lo que yo sufrí”; 8) “Mí mesada papi”; 9) “Papá: Yo Chef y en París”; 10) “Los tuyos, los míos y los nuestros”

Piezas del Equipaje Emocional Familiar Derivadas de los Valores:  11) “Nuestro Mayor Valor: La Equidad. Todos por igual”; 12) “Los trapos sucios se lavan en casa”; 13) “Mi Familia es perfecta, aquí no pasa nada”; 14) «Qué churro de secretaria… ¡Yo veré!»; 15) “Hijo, aunque no lo creas siempre respeté a tu madre”; 16) “Eso fue muy grave… qué vergüenza, nadie lo debe saber”; 17) “¿Me robaste?… Nos robaron y lo pagaran las siguientes generaciones”; 18) “Lo único que no quiero es parecerme a mi padre”; 19) “Mi yerno, mi empleado”; 20) “Mi esposo… ¿Mi jefe?”

Piezas del Equipaje Emocional Familiar Derivadas de las Creencias: 21) “Quiero que mis hijos sean unos verracos”; 22) “¿Mis hijas deben casarse con príncipes… o firmar capitulaciones?”; 23) “Tu dinero es tuyo, el de los padres es nuestro por igual”; 24) “Negocios son Negocios”; 25) “¿Mi exesposa y la nueva?”; 26) “Mamá soy gay… ¿y ahora qué?”

Piezas del Equipaje Relacionadas con las Costumbres: 27) “Un traguito más por favor…”; 28) “Ellos entienden que no les puede dedicar tiempo”; 29) “Para qué estudiar…Lo importante es el trabajo”; 30) «Nosotros pensamos que… ¿no es cierto?»; 31) “¿Machismo en las familias empresarias? No… quién dijo”; 32) “¿Mis hijos deben firmar capitulaciones o mejor disolver sociedad conyugal?”

Indiscutiblemente cuando usted tiene estas 32 piezas en su equipaje por razones de carácter psicológico se generan odios, recelos, resquemores, que si no se resuelven, salen en el momento menos indicado, presentándose como un emocionalismo difícil de manejar. Aunque los órganos de gobierno creados para facilitar el trascender de las familias empresarias son importantes, si el sistema familiar sigue enfermo es como una manzana podrida que termina por dañar el resto de la canasta.

Empresarios no hay familia que yo conozca que no tenga alguna de estas piezas que acabamos de mencionar, nunca es tarde para resolver estos problemas de familia y por lo pronto, lo retamos a decir la verdad, a reconocer a los familiares excluidos a reparar y a perdonar. Cuando usted haya hecho esa tarea, entenderá que es el primer elemento para tener una familia empresaria milenaria.

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Gonzalo Gómez Betancourt, Ph.D. – CEO Legacy & Management Consulting Group

Gonzalo Gómez Betancourt, Ph.D. – CEO Legacy & Management Consulting Group

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