Inspección a las oficinas de ambas compañías, acusaciones de acuerdos por debajo de la mesa, miles de trabajadores y pasajeros en vilo…el futuro de la aerolínea de bajo costo sigue en veremos.
Este jueves, funcionarios de la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, inspeccionaron las oficinas de Avianca en Bogotá y las de Viva Air, en Rionegro, «con el fin de determinar el cumplimiento del régimen de protección a la competencia».
La movida de las autoridades constituye el último episodio de la novela en la que se ha convertido la integración entre las dos compañías, que sigue bajo la lupa de la SIC que básicamente las acusa de coludirse para afectar la libre competencia en uno de los mercados más dinámicos de la región.
El proceso fue radicado el 6 de diciembre, por “prácticas empresariales restrictivas”, ya que Avianca y Viva habrían suscrito, en abril del año pasado, un acuerdo para formar parte de un mismo grupo empresarial, sin haber hecho una solicitud en tal sentido.
Según la entidad, en abril el dueño de Viva, Declan Ryan, vendió el 100% de las acciones a Roberto Kriete, accionista de Avianca y presidente de su Junta Directiva, y la solicitud para integración operativa empresarial solo se realizó en agosto de 2022.
De hecho, la SIC dice tener pruebas de que las dos compañías están secretamente fusionadas de manera ilícita hace meses. “Una fusión que violaría, según la SIC, las reglas de la libre competencia y perjudicaría a los viajeros”.
En el pliego de cargos de la SIC se revela que “personas vinculadas al grupo empresarial al que pertenece Avianca son quienes estarían ejerciendo los derechos políticos sobre Viva Air”. Si la SIC falla en contra de las aerolíneas, la multa podría bordear el billón de pesos.
Según la investigación de la SIC, revelada por La Silla Vacía, Viva Latinoamerica y Viva Air cedieron sus derechos políticos a dos sociedades el día de la integración, West Castle Limited y Southcastle Limited, respectivamente.
Ambas sociedades habrían sido diseñadas y constituidas por las mismas partes que ejecutaron la operación, con el propósito de emplearlas como vehículos que permitieran la materialización de la integración a la vez que otorgaba una apariencia de separación entre Viva Air y el grupo empresarial al que pertenece Avianca. «Se trataría de una persona jurídica que no desarrolla ninguna actividad económica».
Sin embargo, la SIC dice que no existía tal independencia, pues las sociedades eran dirigidas por dos agentes, Enrique Luna y José Luis Caballero, que tenían relación con Avianca.
“Los dos ejecutivos, Luna y Caballero, renunciaron al control de Viva luego de que se publicó el pliego de la SIC, en diciembre del año pasado. Sin embargo, el movimiento deja profundas dudas sobre la independencia entre ambas compañías, que han solicitado formalmente fusionarse ante la Aeronáutica Civil, en un proceso que avanza con varios cuestionamientos”.
Tan cierto es que Avianca ejerce un control sobre Viva, que sus ejecutivos se han atrevido a descalificar las propuestas que han hecho JetSmaryt y Latam Airlines.
El último en hacerlo fue el jefe de Operaciones de la aerolínea, Frederico Pedreira, quien en una entrevista con Bloomberg Línea dijo que “esas ofertas son una cortina de humo, porque los competidores saben que cualquier proceso serio se demoraría al menos seis meses o más y Viva no tiene seis meses, terminó de operar el lunes, tiene tal vez una semana para que vuelva a operar y a partir de ahí el daño es irreversible”.
Agregó en la misma entrevista que sus competidores “sabían muy claro” que con las ofertas de compra por Viva Air iban a “crear confusión en el mercado, que era inviable por los tiempos”, por lo que ha dicho que esta situación supuestamente solo les conviene a esas empresas.
“Quien promovió la investigación de la SIC fue la competencia, fue Ultra Air, que envió una queja a la SIC sobre el tema de la integración”.
Y dijo que si la integración con Viva Air no se completa quienes más ganan son “Copa, porque está protegiendo su hub en Panamá”, y Latam, que estaría cuidando sus intereses en Perú.