La inteligencia artificial ha evolucionado rápidamente, pasando de simples asistentes virtuales a sistemas capaces de ejecutar tareas complejas sin intervención humana. En 2025, la tendencia más disruptiva en tecnología es la transición hacia los llamados AI Agents, una nueva generación de inteligencia artificial que no solo responde instrucciones, sino que actúa de manera autónoma con base en objetivos definidos. Aunque el término pueda parecer reciente, “agentic” comenzó a utilizarse desde 2024 para describir esta evolución. Mientras los chatbots tradicionales se limitan a reaccionar ante órdenes, los agentes de IA toman decisiones por sí mismos, anticipan necesidades y resuelven problemas sin ser solicitados.
Este cambio no es menor. De acuerdo con The Verge, las startups centradas en agentes de IA han logrado recaudar 8.200 millones de dólares en los últimos doce meses, lo que demuestra el interés creciente por este enfoque. Empresas como NVIDIA están desarrollando plataformas como Blueprints AI, diseñadas para facilitar la creación de agentes autónomos que aprenden y se perfeccionan con el tiempo, con aplicaciones en sectores tan diversos como el comercio, la atención al cliente, la automatización del hogar o la salud.
“Estamos entrando en una era donde la IA no solo responde preguntas, sino que puede anticipar necesidades y resolver problemas por sí sola”, afirma Angélica Escrucería, CEO de Dentsu Creative. Según los líderes de innovación de Dentsu, Michael Liu y Whitney Fishman, el interés de las marcas se está desplazando hacia integrar la IA como herramienta útil en la vida cotidiana, más que desarrollar productos aislados. Un ejemplo de esta tendencia es Luci, de OpenInterX, una plataforma de computación temporal que prioriza la privacidad y ofrece una experiencia de memoria contextual. El dispositivo graba más de cuatro horas continuas de audio y video, pero su valor diferencial radica en su enfoque ético y consciente de las preocupaciones del usuario.
A medida que estas tecnologías se vuelven más sofisticadas, también se abre la puerta a nuevos usos centrados en la conexión emocional. Según el informe “Consumer Vision 2035” de Dentsu, el 56 % de las personas encuestadas a nivel global considera que para 2035 las relaciones con compañeros de IA serán tan satisfactorias como las humanas. En el CES de este año se presentaron varios robots humanoides y mascotas inteligentes, pero aún muchos de ellos requieren constantes instrucciones, lo que limita su percepción como verdaderos compañeros. Las empresas trabajan ahora en lograr un mínimo de empatía para que estos dispositivos no se perciban como juguetes avanzados, sino como entidades útiles y emocionalmente significativas.
Sin embargo, el futuro todavía tiene desafíos. Sarah Stringer, Jefa Global de Innovación en Dentsu Media, advierte que la mayoría de las industrias aún están a cinco años de contar con hardware realmente capaz de soportar este tipo de IA. Aunque muchas marcas afirman estar “impulsadas por inteligencia artificial”, pocas pueden asegurar una autonomía verdadera. El gran reto estará en cómo integrar estos agentes a la vida diaria y al mundo empresarial sin generar fricciones ni desconfianza. La inteligencia artificial agéntica representa, quizás, un salto tan radical como lo fue la llegada de internet en su momento. Por eso, su implementación ética, transparente y centrada en el usuario será clave para que este nuevo paradigma tecnológico cumpla su promesa transformadora.