Hoy se celebra el Super Bowl LIX, uno de los eventos deportivos más esperados del año, y su impacto económico va mucho más allá del campo de juego. Con cifras récord en apuestas, publicidad y consumo, el partido entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles genera ingresos multimillonarios en diversas industrias.
Récord en apuestas deportivas
El crecimiento de las apuestas deportivas en Estados Unidos ha sido exponencial desde su legalización en varios estados en 2018. Para este Super Bowl 2025, se espera que los estadounidenses apuesten un total de 1.390 millones de dólares, un nuevo récord histórico.
Si bien esta industria ha impulsado la economía, también ha generado preocupación. Se estima que entre 5 y 8 millones de personas en EE. UU. enfrentan problemas relacionados con la adicción al juego, lo que ha llevado a reguladores a exigir mayor control sobre las casas de apuestas.
Publicidad: un negocio millonario en el Super Bowl
El Super Bowl es el evento más codiciado para anunciantes y marcas que buscan visibilidad. Este año, el costo de un espacio publicitario de 30 segundos ha superado los 8 millones de dólares, consolidándose como la transmisión televisiva más cara del mundo para los anunciantes.
Empresas como Bud Light, Uber Eats, Pepsi y Coors Light han invertido grandes sumas para captar la atención de los más de 115 millones de espectadores que se esperan en esta edición del Super Bowl. Además, los comerciales no solo generan impacto en televisión, sino que se convierten en tendencias en redes sociales, amplificando su alcance.
El gasto de los consumidores en fiestas y eventos
El Super Bowl no solo es rentable para las grandes marcas, sino que también representa un fuerte impulso para la economía doméstica. Este año, los estadounidenses planean gastar un promedio de 142 dólares por persona en celebraciones relacionadas con el evento, un incremento del 22% respecto al año anterior.
Las principales compras incluyen comida, bebidas, decoración y productos electrónicos, con los millennials liderando el consumo con un promedio de 226 dólares por persona.
Las tiendas minoristas, supermercados y restaurantes también se benefician enormemente de este evento, con un aumento significativo en las ventas de productos como alitas de pollo, cerveza y bocadillos.
Conclusión
El Super Bowl no es solo un espectáculo deportivo, sino también un motor económico de gran impacto. Desde apuestas y publicidad hasta el consumo masivo en fiestas y reuniones, este evento sigue siendo una de las mayores oportunidades comerciales del año en Estados Unidos.