Liderar desde elescenario: el CEO queconvirtió el movistararena en un referenteglobal de sostenibilidad,talento y experiencia

Jun 18, 2025

Bajo la dirección de Luis Guillermo Quintero, este espacio no solo ha sido testigo de los conciertos más memorables del país, sino que se ha consolidado como un ejemplo internacional de gestión, sostenibilidad y cultura organizacional.

En menos de una década, el Movistar Arena ha pasado de ser una idea a convertirse en uno de los cinco mejores venues del mundo, según el ranking de los Premios Pollstar. Esta nominación, obtenida en dos ocasiones consecutivas, no es menor: compite con escenarios como el O2 Arena de Londres, el Wembley Stadium o el Scotiabank Arena de Canadá. Es el único recinto de Latinoamérica incluido en esta prestigiosa selección. Esta distinción habla de una operación sólida, una visión clara de negocio y un liderazgo que entiende que el entretenimiento también puede —y debe— construirse con propósito.

El camino para lograrlo no ha sido sencillo. El mayor reto profesional de Quintero fue, precisamente, llevar el proyecto desde cero a buen puerto. Desde los planos hasta la ejecución, desde la selección del equipo humano hasta el diseño de cada experiencia, su rol ha sido integral.

«Conformar un equipo íntegro, apasionado, con valores y una visión clara de negocio ha sido lo más desafiante y también lo más gratificante», explica. Su filosofía de liderazgo se basa en una premisa sencilla pero poderosa: trabajar con la gente, desde la gente. Cree profundamente que las personas son quienes construyen las compañías, y por eso se ha involucrado de manera directa en todas las áreas, guiando, acompañando y ayudando a ejecutar tanto tareas estratégicas como operativas.

Esa cercanía también fue clave para afrontar uno de los momentos más difíciles en la historia del Movistar Arena: la pandemia. La pausa obligada de la industria del entretenimiento puso en riesgo no solo la operación, sino a todo el ecosistema cultural que depende de ella. Sin embargo, el equipo logró transformar la crisis en oportunidad. En alianza con Sanitas, el recinto se convirtió en el centro de vacunación más grande del país, atendiendo a más de dos millones de colombianos. Fue una lección de resiliencia, adaptación y servicio público. El recinto que solía vibrar con la música, vibró esta vez con el compromiso ciudadano.

Este mismo espíritu de innovación es el que hoy posiciona al Movistar Arena como el primer venue sostenible de Colombia. Quintero y su equipo han apostado por ir más allá del espectáculo: integrar la sostenibilidad como un eje transversal de su gestión. La infraestructura del recinto ha sido certificada por sus beneficios ambientales. Cuenta con parqueaderos eléctricos, un sistema de recolección de aguas lluvias, y un plan de reciclaje que involucra a asociaciones locales, apoyando a madres cabeza de familia y generando ingresos a partir del material aprovechable de cada evento.

Además, en un gesto simbólico y poderoso, cada artista que se presenta tiene un árbol sembrado en su nombre. El recinto ya cuenta con dos bosques nativos y zonas de manglares que reflejan el compromiso con la restauración ambiental y la compensación de CO₂. Esta iniciativa convierte cada show en una contribución directa al planeta.

Pero el trabajo de sostenibilidad no se limita a lo ambiental. El enfoque humano ha sido igual de prioritario. Quintero ha promovido un ambiente laboral basado en la equidad, el respeto y el crecimiento profesional. Para él, el verdadero éxito se mide también en cómo se sienten los equipos. En un país donde aún persisten brechas de género, el Movistar Arena ha sido ejemplo de inclusión, impulsando el liderazgo femenino, el desarrollo de talento joven y la diversidad en los equipos.

“Las iniciativas relacionadas con el talento humano son las más importantes. Sin las personas, no hay operación posible”, afirma. Esta convicción se ha traducido en un clima organizacional donde cada colaborador entiende su rol como parte esencial de la experiencia que viven artistas, promotores, marcas y sobre todo, los fanáticos.

Desde la excelencia operativa —garantizar que cada show se realice sin contratiempos y con la máxima calidad— hasta la estrategia comercial, la visión de Quintero ha sido integral. No se trata solo de vender boletos o llenar fechas. Se trata de convertir cada evento en una experiencia inolvidable, donde todo fluya con precisión, respeto y emoción. Y eso requiere liderazgo, planeación y pasión.

Hoy, el Movistar Arena no es solo un espacio para la música. Es un símbolo de lo que puede lograr una gestión comprometida, con visión social y ambiental. Es un punto de encuentro entre cultura, comunidad y sostenibilidad. Un escenario que representa a Bogotá, pero que habla el idioma del mundo.

En cada presentación, en cada árbol sembrado, en cada aplauso que retumba en sus graderías, se refleja una forma de liderar que combina lo empresarial con lo humano. Una dirección que entiende que construir país también se hace desde el arte, desde la alegría y desde la responsabilidad.

Y es justamente esa mezcla la que ha permitido que este recinto colombiano se posicione entre los mejores del planeta. Porque cuando hay visión, equipo y propósito, incluso un venue puede convertirse en un agente de transformación para toda una ciudad.

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