La digitalización del sector financiero avanza con rapidez, impulsada por nuevas regulaciones, expectativas de experiencia digital sin fricciones y la necesidad de operar con disponibilidad continua, integridad de datos y ciberseguridad. En este contexto, las instituciones bancarias están rediseñando sus entornos tecnológicos, y el canal de TI —integradores, distribuidores y proveedores de servicios— se posiciona como un actor clave en esta transformación.
Según datos recientes, el 52% de las entidades financieras en América Latina están fortaleciendo sus infraestructuras tecnológicas o tienen planes inmediatos para hacerlo. Muchas reconocen que sus sistemas actuales limitan el despliegue de capacidades como la hiperpersonalización, la automatización, el análisis predictivo y la inclusión financiera. Superar esta brecha puede tener impactos económicos significativos: el Banco de México estima que una mayor adopción de tecnología financiera podría aumentar el PIB nacional hasta en un 2% anual, mientras que Accenture proyecta que el uso de inteligencia artificial podría sumar 305 mil millones de dólares al PIB regional.
“El verdadero reto para los equipos de TI no es solo garantizar la continuidad operativa, sino anticiparse al cambio y preparar infraestructuras capaces de integrar tecnologías emergentes”, señala Gustavo Pérez, director de cuentas estratégicas en Vertiv. “Para los socios del canal, esta es una oportunidad para acompañar a las instituciones financieras en la adopción de arquitecturas flexibles, como el edge computing, que habiliten soluciones de inteligencia artificial y blockchain sin comprometer eficiencia energética, redundancia operativa ni ciberresiliencia.”
Infraestructura crítica: complejidad y oportunidad
La infraestructura tecnológica en el sector financiero cumple hoy un rol estratégico. Los centros de datos —locales, híbridos o distribuidos— son el núcleo de la transformación digital, y su diseño determina la capacidad de respuesta del sistema bancario. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos como conectividad intermitente, suministro eléctrico poco confiable, cobertura de red desigual, amenazas cibernéticas sofisticadas y presión por ofrecer disponibilidad multicanal.
“La complejidad del entorno abre una ventana clara para que los especialistas del canal de TI ofrezcan soluciones que mitiguen riesgos operativos y habiliten crecimiento escalable”, advierte Pérez. Tecnologías como la inteligencia artificial están redefiniendo el panorama: las fintechs ya la utilizan para escalar, reducir costos y personalizar servicios, y los bancos tradicionales deben seguir el ritmo. Para lograrlo, requieren socios con experiencia en infraestructura crítica, automatización, conectividad resiliente y gestión energética.
Tecnologías clave para el canal de TI
Pérez identifica cinco áreas estratégicas donde el canal puede aportar valor:
- Modernización de centros de datos híbridos y distribuidos: Infraestructuras listas para operar en entornos multicloud, con eficiencia energética, redundancia y escalabilidad sin interrupciones.
- Edge computing: Procesamiento cercano a la fuente de datos para aplicaciones en tiempo real, como incorporación digital y análisis predictivo.
- Ciberseguridad integrada desde el diseño: Soluciones de confianza cero, cifrado de extremo a extremo y tecnologías como blockchain para proteger datos sensibles y cumplir con regulaciones.
- Operaciones autónomas con IA: Infraestructuras inteligentes que agilizan decisiones, minimizan errores y mejoran la eficiencia operativa.
- Redes de alto rendimiento: Conectividad crítica con gran ancho de banda, baja latencia y adaptabilidad entre el núcleo, el edge y la nube.
Para los actores del canal de TI, este es el momento de consolidarse como socios estratégicos en la modernización del sistema financiero. Vertiv, con experiencia en infraestructura digital crítica, ofrece un portafolio robusto y soporte técnico integral para acompañar esta evolución.