En Colombia existen más de 17 millones de hogares, pero apenas 1,2 millones (7 %) cuentan con un seguro voluntario de vivienda, según cifras de Fasecolda. Esto significa que la mayoría de las familias enfrenta sin respaldo financiero los efectos de incendios, robos, inundaciones o terremotos, en un país cada vez más expuesto a eventos climáticos extremos.
En 2024, el número de riesgos asegurados en el ramo de hogar alcanzó los 1.206.238, lo que representa un incremento del 24,1 % frente a 2023. El valor asegurado total se ubicó en aproximadamente $2.323 billones COP. Sin embargo, la mayoría de las pólizas están ligadas a créditos hipotecarios, más que a una decisión proactiva de protección.
“Un seguro de hogar no es un gasto, es una inversión en seguridad, protección patrimonial y bienestar para toda la familia. Además de cubrir daños en la estructura, respalda los bienes dentro del hogar y ofrece diferentes asistencias”, señaló Luis David Arcila, vicepresidente Técnico de MAPFRE Colombia.
Más que cuatro paredes: cobertura integral para el hogar
Los seguros de vivienda en Colombia ofrecen protección frente a incendios, explosiones, fallas eléctricas, robos, hurto calificado, terremotos, vendavales e inundaciones. También incluyen responsabilidad civil y asistencias domiciliarias para emergencias frecuentes.
MAPFRE Colombia ofrece dos alternativas adaptadas a diferentes perfiles:
- Hogar Trébol: solución rápida con coberturas estándar para protección básica.
- Hogar Plus: opción personalizable que permite ajustar sumas aseguradas y coberturas específicas.
Ambos productos contemplan eventos como daños materiales, actos malintencionados de terceros, alojamiento temporal, fallecimiento accidental, y servicios complementarios como asesoría jurídica, tributaria, asistencia informática remota y atención domiciliaria.
Educación financiera: clave para fortalecer la cultura de aseguramiento
MAPFRE recomienda tener en cuenta tres aspectos esenciales al contratar un seguro de hogar:
- Asegurar tanto la vivienda como su contenido: muebles, electrodomésticos y objetos personales.
- Revisar coberturas y exclusiones para conocer con precisión qué riesgos están protegidos.
- Aprovechar los servicios adicionales de asistencia, que resuelven emergencias cotidianas.
Un desafío estructural: ampliar el acceso y la conciencia sobre protección patrimonial
Aunque el número de hogares asegurados creció levemente en 2024, sigue siendo inferior al 10 % del total. Esto evidencia una baja cultura de aseguramiento voluntario, en contraste con la creciente exposición a riesgos naturales y cotidianos.
Proteger la vivienda y los bienes familiares no solo mitiga el impacto económico de los imprevistos, sino que también aporta estabilidad emocional. En un entorno marcado por la incertidumbre climática y la vulnerabilidad urbana, asegurar el hogar es tan esencial como ahorrar o invertir para el futuro.