El Gobierno Nacional enfrenta una dura prueba en el Congreso con la discusión del Presupuesto General de la Nación para 2026 y la nueva reforma tributaria. La combinación de ambos proyectos ha generado tensiones políticas, pues el respaldo parlamentario aún no está asegurado.
De un lado, el Ejecutivo insiste en que el presupuesto es clave para garantizar programas sociales, inversión en infraestructura y sostenibilidad fiscal. Sin embargo, el financiamiento de esas metas depende en buena medida de la reforma tributaria, que busca aumentar el recaudo a través de nuevos ajustes impositivos.
Los partidos de oposición han cuestionado el impacto de la reforma en los sectores productivos y advierten que podría frenar la inversión privada. Incluso algunos aliados del Gobierno han expresado reservas sobre el alcance de los cambios propuestos, lo que anticipa un debate intenso en el Capitolio.
Expertos advierten que, sin un acuerdo político sólido, el país podría entrar en un escenario de incertidumbre fiscal. “El riesgo es que el presupuesto no tenga un sustento real si la reforma tributaria no pasa”, señalaron analistas económicos consultados.
La discusión legislativa arrancará en los próximos días y se espera que se convierta en una de las batallas más relevantes del segundo semestre, con efectos directos en la confianza de inversionistas y en la estabilidad económica del país.
