En un escenario donde las enfermedades cardiovasculares (ECV) continúan siendo la principal causa de mortalidad a nivel global, con especial impacto en países de ingresos medios y bajos, GE HealthCare resalta el papel decisivo de la tecnología médica en la evolución de la cardiología intervencionista. Esta especialidad ofrece soluciones que integran precisión, seguridad y eficiencia, tanto para los pacientes como para los equipos clínicos.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), más del 75 % de las muertes por ECV se registran en países de ingresos medios y bajos. En la región de las Américas, más de 2 millones de personas fallecieron por esta causa en 2019. En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reportó más de 80.000 decesos relacionados con enfermedades cardiovasculares en 2023.
“Cada avance que reduce el dolor, la incertidumbre o el tiempo de recuperación de un paciente representa un triunfo de la tecnología puesta al servicio de la vida. Hoy, la cardiología intervencionista mínimamente invasiva está redefiniendo la atención cardiovascular en el país”, señaló Adriana Franco, Country Manager de GE HealthCare Colombia.
Las ECV comprenden afecciones del corazón y los vasos sanguíneos, y pueden originarse por múltiples factores: hipertensión arterial, dieta poco saludable, colesterol elevado, diabetes, contaminación ambiental, obesidad, tabaquismo, enfermedades renales, sedentarismo, consumo nocivo de alcohol y estrés. También influyen los antecedentes familiares, el origen étnico, el sexo y la edad, según la Federación Mundial del Corazón.
Aunque algunas patologías requieren intervenciones quirúrgicas complejas o tratamientos prolongados, los avances tecnológicos permiten que muchas ECV sean abordadas mediante procedimientos mínimamente invasivos. Esta modalidad representa una alternativa segura y eficiente, que redefine el abordaje médico de alta complejidad.
La Fundación Corachan destaca que la cardiología intervencionista se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardiovasculares mediante técnicas que, a través de arterias y venas, permiten intervenir sin necesidad de cirugía a corazón abierto.
Estos procedimientos se realizan en laboratorios de cateterismo cardíaco o salas de hemodinamia, equipadas con tecnología de alta precisión para visualizar el corazón y sus cavidades. A ello se suma la incorporación de sistemas avanzados de imagenología con Inteligencia Artificial (IA), que apoyan al personal médico en el diagnóstico y tratamiento en tiempo real.
Además del beneficio clínico, estas terapias contribuyen a la sostenibilidad del sistema de salud, al reducir los costos hospitalarios y las estancias prolongadas. La disponibilidad de estas tecnologías en instituciones públicas y privadas representa una oportunidad estratégica para ampliar el acceso a tratamientos de vanguardia y salvar vidas.
“En GE HealthCare creemos que la innovación debe estar al alcance de todos. Nuestra misión es acompañar a los médicos con herramientas que potencien su labor y garantizar que cada paciente acceda a una atención más rápida, precisa y humana”, concluyó Adriana Franco.