500 Mil Agroempresarias CCI” es un programa que busca transformar la historia de vida de las mujeres rurales colombianas, convirtiéndolas en agroempresarias para que puedan generar sus propio ingresos, independencia, autoestima y relevo generacional.
Empoderar a la mujer del campo y fortalecerla desde sus habilidades es la premisa con la que la Corporación Colombia Internacional (CCI) gestó el programa “500 Mil Agroempresarias CCI”, una iniciativa que busca transformar la historia de vida de las mujeres rurales colombianas, convirtiéndolas en agroempresarias para que puedan generar sus propios ingresos, lograr independencia, autoestima y relevo generacional.
De cara a la realidad nacional, en la que solo el 12% de la población rural es mujer y de este universo el 76% de la población femenina rural identificada se encuentra en informalidad financiera, laboral y social; el 20% vive en pobreza extrema y solo el 4% son mujeres empresarias o tienen independencia económica, surgió “500 Mil Agroempresarias CCI”, extendido a lo largo de todo el territorio nacional para convertir, para 2030, a 500.000 mujeres del campo colombiano en empresarias.
Adriana Senior, CEO de la CCI, se llena de orgullo al hablar de esta gran apuesta, que se creó en 2021 con la intención de apoyar los emprendimientos de las mujeres del campo y hacerlos realidad. “En 2020 iniciamos un análisis de lo alcanzado por la CCI con las mujeres rurales. Ahí se identificó que solo el 12% de la población acompañada por la CCI eran mujeres, eso es haber brindado más oportunidad a los hombres que a las mujeres. Así que se propuso cambiar esa cifra y se lanzó en octubre de 2021 este programa propio, con meta al año 2030 y resultados de avance anual, que busca transformar la vida de estas mujeres”.
“Desde octubre de 2021 y, con corte a abril de 2023, teníamos una meta de llegar a 50.000 mujeres rurales y el programa ya cuenta con 68 mil mujeres, con quienes ya se han estructurado más de 2.500 planes de negocio, eso es hacer empresa y cerrar brechas sociales con desarrollo y bienestar. Esta es una gran oportunidad de inversión con impacto en ODS, e indicadores ESG para las empresas”, sentencia Adriana Senior, al tiempo que invita al sector empresarial a hacer posible la materialización de esta reconversión del campo colombiano. Este año se espera captar 35 mil mujeres del campo.
La tercera convocatoria de “500 Mil Agroempresarias CCI” inicia el próximo 05 de octubre y estará abierta hasta el 05 de diciembre de este año, a través la página web de la corporación, donde hay una plataforma habilitada para la inscripción.
Los requisitos para participar en la convocatoria son: relacionar el listado de las personas que hacen parte de la propuesta, quienes deben ser mayores de edad, y presentar una propuesta de proyecto de alguna línea productiva, que tenga una propuesta de inversión concreta, que sea liderada por una mujer y que esté constituida, en su mayoría, por mujeres.
La CCI desarrolló una metodología de trabajo propia, a través de la cual recibe las postulaciones de las iniciativas de las mujeres rurales. Ya se han realizados dos invitaciones por parte de la CCI, llegando a todos los departamentos en 350 municipios. La corporación se da a la tarea de analizar cada una de las propuestas, las selecciona con el objetivo de estructurar planes de negocio que permitan materializarlos, con un enfoque hacia una producción de calidad, con estructura de costos, comercialización y rentabilidad garantizada. Es así como la CCI es garante de las mujeres y de los aliados que participan en este gran reto.
“500 Mil Agroempresarias CCI” implica una verdadera revolución social en el campo colombiano, en donde se incluyen líneas de negocio de producción y transformación agrícola, pecuaria, turística, artesanal, servicios ambientales y economía circular. Con el soporte económico suficiente y acompañamiento asegurado, 500.000 mujeres rurales tendrán la capacidad de liderar proyectos que les permitirán tomar las riendas de su vida económica y mejorar su condición social. La independencia económica de una mujer rural es determinante para cambiar situaciones de maltrato, explotación y otras vulneraciones”.
Explica Senior que, para financiar estos planes de negocios y convertir a estas mujeres en agroempresarias, se requiere apalancamiento financiero y donaciones desde todos los sectores del país, pues la inversión promedio por cada plan de negocio es desde 6 mil hasta 50 mil dólares, de ahí la necesidad de contar con el apoyo de actores económicos nacionales e internacionales.
Es justo en este punto donde la CCI estructura los planes de negocio de las mujeres que se postulan, identificando victorias tempranas para buscar los recursos y hacer realidad sus sueños de vida, acompañándolas integralmente con la metodología MACS (Modelos Agroempresariales Competitivos y Sostenibles), desarrollada y operada por la CCI para crear una cultura empresarial en el campo, dado que el productor y/o asociación de productores logra empoderarse hasta administrar con eficiencia su agroempresa.
Las mujeres del campo lo pueden lograr
Un emprendimiento emblemático, que habla de un grupo de 30 mujeres rurales transformadas en agroempresarias, es el caso de AsoJEFrut (Asociación Jenesana de Empresarias de Frutas), un sueño que nació en Jenesano; Boyacá gracias a que la CCI, de la mano de grandes aliados como Women in Connection y la Fundación Bancolombia, decidió creer en ellas.
Se trata de mujeres en condiciones de pobreza y violencia intrafamiliar, cuyo sueño era producir mora. Sin experiencia en el trabajo productivo, sin autoestima, sin empleo y sin bienestar familiar, hicieron parte de la convocatoria de la CCI y lograron formalizarse como asociación. Son mujeres acompañadas integralmente con la metodología MACS, quienes producen media tonelada de mora uva cada semana, de manera orgánica, y la proveen directamente a la marca de helados Popsy, con quienes hoy se está dando un siguiente paso hacia la transformación industrial para generar mayor valor. “Historias como esta son las que logra la CCI en el campo, demostrando que la población rural y las mujeres rurales pueden tener agronegocios rentables y sostenibles y aportar a la economía agraria nacional y al desarrollo rural integral fuente fundamental de empleo y riqueza del país. Solo es brindar la oportunidad, porque ellas están listas».