León XIV: el nuevo Papa estadounidense que marca una transición moderada en la Iglesia

May 9, 2025

Robert Francis Prevost, el primer pontífice nacido en EE. UU., representa una continuidad estratégica con la visión pastoral de Francisco, sin caer en los extremos ideológicos. Su elección tiene implicaciones geopolíticas y éticas para el liderazgo global.

En una decisión histórica, el Colegio Cardenalicio eligió al cardenal Robert Francis Prevost como nuevo Papa, quien adoptó el nombre de León XIV. Nacido en Chicago y con décadas de trabajo misionero en Perú, es el primer estadounidense en liderar la Iglesia Católica. Su perfil equilibrado —entre la firmeza doctrinal y una apertura pastoral— plantea una nueva etapa de gestión global de la fe católica, con repercusiones en la diplomacia vaticana, el rol de la Iglesia en América Latina y su relación con actores de poder político y económico.

Una elección histórica con ecos geopolíticos

La elección de un Papa estadounidense reconfigura parte del tablero diplomático entre el Vaticano y los centros de poder mundiales. A pesar de que figuras como Donald Trump han expresado simpatía por corrientes conservadoras dentro del catolicismo, León XIV no responde a esa lógica. Su trayectoria misionera, su cercanía a comunidades empobrecidas y su papel como colaborador directo del Papa Francisco en la selección de obispos dan cuenta de una vocación pastoral centrada en la justicia social, el diálogo y la inclusión.

Perfil y trayectoria: un puente entre culturas

Prevost fue obispo de Chiclayo y superior de la orden de San Agustín. Su experiencia en Perú no solo consolidó su visión latinoamericana del catolicismo, sino que también le otorgó la nacionalidad peruana. Esta doble identidad puede traducirse en un liderazgo sensible a los desafíos regionales y en una mayor sintonía con las problemáticas del Sur Global. Además, desde el Dicasterio para los Obispos, jugó un rol clave en modernizar el perfil de los líderes eclesiásticos, fomentando una selección menos clericalista y más enfocada en la cercanía comunitaria.

Continuidad moderada: ni ruptura ni retroceso

Aunque no es considerado un «progresista» en el sentido político, León XIV tampoco representa una vuelta al conservadurismo teológico. Su elección parece responder a la necesidad de mantener el rumbo sinodal e inclusivo iniciado por Francisco, evitando una polarización que podría fracturar a la Iglesia. Esta postura intermedia podría facilitar alianzas con líderes de diversas tendencias y mantener a la Iglesia como actor influyente en debates sobre pobreza, migración, medio ambiente y ética empresarial.

Implicaciones para el liderazgo y la gestión global

La figura del Papa, aunque espiritual, tiene un impacto significativo en la diplomacia internacional, las organizaciones humanitarias y las relaciones interreligiosas. Con un Papa que combina experiencia intercultural, pragmatismo pastoral y claridad doctrinal, se abre un nuevo escenario para el diálogo entre valores religiosos y responsabilidad social corporativa. León XIV podría convertirse en un referente moral en tiempos de fragmentación global, apelando a una ética del cuidado que trasciende fronteras e ideologías.

Para el mundo de la gestión y los negocios, esta transición pontificia ofrece una oportunidad para repensar el rol de las instituciones en la construcción de un modelo de desarrollo más humano y sostenible.

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