Además de ofrecer un mercado digital donde los productos se compran y se venden, la plataforma busca crear una relación de confianza con los productores para que se puedan visitar sus fincas e influir en cómo cultivan sus productos.
Según un reciente informe de Naciones Unidas, cerca de 193 millones de personas de 53 países o territorios sufrieron hambre recientemente en niveles de crisis o peores. Dicha cifra implica un aumento de 40 millones en el año transcurrido entre 2020 y 2021.
La organización informa que 39 naciones se repiten cada año en este listado y que su población hambrienta se duplicó entre 2016 y 2021 con incrementos constantes desde 2018.
En el caso de Colombia, el desperdicio de alimentos y la inseguridad alimentaria también estuvieron relacionados con la situación de hambre en el país. El Departamento Nacional de Planeación (DNP) reveló que los alimentos que más se desechan en Colombia son frutas y verduras con un 62% y raíces y tubérculos en un 25%.
En cuanto a la etapa de la cadena alimentaria que más impacta en la pérdida de alimentos, se destacan producción agrícola (40,5%), distribución y retail (20,6%), poscosecha y almacenamiento (19,8%), consumo (15,6%) y el procesamiento industrial (3,5%).
¿Podrían los emprendimientos contribuir a enfrentar la emergencia alimentaria y a reducir el desperdicio de los mismos?
Pablo Borquez Schwarzbeck, un agricultor mexicano de cuarta generación, cree que sí y para demostrarlo creó
ProducePay, una startup que busca acortar la cadena de suministro de alimentos perecederos para reducir su desperdicio.
A la fecha se ha expandido a países como Colombia, Perú y Chile, así como a las ciudades de Montreal, Salt Lake City, San Francisco, Los Ángeles, Tijuana, Ciudad de México y Guadalajara.
De acuerdo con la compañía, el reto es enfrentarse a un mercado agrícola mundial de US$1.3 billones, el cual en los últimos años ha presentado problemáticas como:
Desperdicio masivo de alimentos, ya que el 40% de los productos se echan a perder, aunque se les coseche en menor tiempo para minimizar el daño (lo que a su vez conduce a menos sabor y beneficios nutricionales).
El producto promedio, que viaja 2,574.95 kilómetros hasta el consumidor, pasa por las manos de 4 a 8 intermediarios, lo que resulta en un aumento del precio del alimento de 3 a 6 veces mayor al original.
Los productos frescos se comercializan de manera ineficiente: se carece de capital, información de mercado y acceso a socios comerciales confiables.
Schwarzbeck dice que su startup busca eliminar más del 50% del desperdicio económico que producen estos factores, mediante un mercado digital donde los productos se compran y venden de una manera más conectada y sustentable.
El emprendimiento también busca crear una relación de confianza con los productores para que se puedan visitar sus fincas e influir en cómo cultivan sus productos, permitiendo cumplir con los requisitos ESG únicos de los compradores en Estados Unidos y México.
Gracias a la plataforma, los productores pueden ver quién quiere sus productos y cuánto pagará por ellos. “Los compradores pueden informar sobre los requisitos para hacer negocios con ellos, lo que ayuda a que cada productor pueda posicionarse estratégicamente ante más compradores”.