Mejor acceso a capital, mayor productividad, atracción y retención de clientes y talento, las ventajas de implementar y reportar los avances y logros en sostenibilidad.
A diferencia de lo que muchos creen, la sostenibilidad no solo es una tarea y un reto de las grandes empresas y de las pequeñas y medianas compañías, sino también de los emprendimientos.
De hecho, el ecosistema startup se ha marginado hasta ahora de estas discusiones, y muchos aún consideran que las discusiones de sostenibilidad no les aplican, o ni siquiera son conscientes de los impactos que generan.
Con el objetivo de contribuir a la discusión pública de estos temas, el Global Reporting Initiative –GRI- lanzó del primer documento en América Latina que aborda los beneficios de la sostenibilidad para las startups, y proporciona orientaciones sobre cómo los distintos actores de este ecosistema deberían comenzar a integrar este enfoque dentro del negocio, la estrategia y las inversiones, entre otros.
El ‘Libro Blanco sobre Sostenibilidad para Startups’ cuenta con el apoyo de la Embajada de Suiza en Colombia -Seco- y busca que el ecosistema avance más allá de la filantropía y las llamadas “startups de impacto”, que es desde donde se ha venido abordando la sostenibilidad para estos emprendimientos.
El documento propone el concepto de “startup sostenible” como aquella que tiene estrategias, políticas y prácticas de operación y escalamiento responsables, éticas y transparentes, independiente de la actividad a la que se dediquen.
“Las startups de impacto son emprendimientos de nicho, mientras que las startups sostenibles pueden ser cualquier tipo de startup, independiente de su sector, del producto o servicio que ofrezca o de la etapa de madurez en la que se encuentre”, explica Estefanía Rubio, Líder de mercado de capitales y asuntos públicos para Latam del GRI.
En palabras de Rubio, se trata de adoptar un enfoque para hacer negocios y escalar de manera más responsable con las personas y el medio ambiente, que contribuya a generar valor para fundadores e inversionistas, empleados, clientes y usuarios, y demás grupos de interés.
Por ejemplo, una plataforma de delivery que no ha sido creada con el objetivo específico de generar impactos sociales o ambientales positivos, podría ser una startup sostenible si implementa mejores prácticas laborales, si identifica y gestiona sus impactos en el medio ambiente, o se compromete con políticas de equidad e inclusión, entre otros.
La guía contó con el apoyo de distintos actores del ecosistema: startups en distintas etapas de madurez, fondos de capital privado, incubadoras y aceleradoras, y programas estatales de fomento al emprendimiento.
“La incorporación de la sostenibilidad y la elaboración de un reporte deben ser procesos paulatinos que dependerán de la etapa de madurez de la startup y de los impactos que genere. Así se ha planteado en el documento, donde se han propuesto beneficios y alcance de la implementación de sostenibilidad por etapas”, dijo Andrea Pradilla, Directora para Latam del GRI.