A un año de la promulgación de la Ley 2300, conocida popularmente como la «Ley Dejen de Fregar», el panorama de las llamadas de cobro en Colombia ha cambiado de manera significativa. Esta normativa fue creada con el objetivo de proteger el derecho a la intimidad de los consumidores, regulando las prácticas de las entidades de cobranza y asegurando que las interacciones sean respetuosas con la privacidad de los usuarios.
La ley establece canales, horarios y frecuencias específicas para contactar a los consumidores, evitando las invasivas llamadas en horas no laborales y brindando mayor control sobre la información que reciben. Esta regulación ha sido un paso importante para alinear a Colombia con otros países que también protegen los datos y la privacidad de sus ciudadanos.
La voz de los expertos
Carlos Angel, Gerente de Operaciones de RECSA Colombia, empresa líder en gestión de cobranza, destaca los avances de la ley en la protección de los consumidores:
«Consideramos que la ley ha sido un paso importante para la protección de datos, como se regula en muchos países del mundo. Además, ha beneficiado a las personas al regular los horarios de contacto, garantizando su privacidad y asegurando mayor transparencia en la comunicación que reciben, tanto en cobros como en marketing», comenta Angel.
Sin embargo, Angel también señala que la normativa tiene áreas de oportunidad que podrían mejorar su efectividad. Por ejemplo, menciona la necesidad de mayor claridad en la regulación del uso de ciertos canales y la posibilidad de flexibilizar los horarios de contacto, en caso de que los propios clientes lo soliciten.
El impacto en la industria de cobranza
Para RECSA, la implementación de la ley no ha representado un desafío significativo. La empresa ya contaba con experiencia previa en la adaptación a normativas similares en otros países, como Chile, donde enfrentaron una regulación aún más estricta con la Ley 21320. Según Angel, la anticipación y preparación fueron claves para mitigar cualquier impacto en los niveles de recaudación:
«Nos anticipamos desde la promulgación de la ley en octubre de 2023, y sabíamos que no tendría un impacto negativo. En RECSA ya habíamos pasado por la implementación de una ley similar en Chile, y después de dos años, no hubo afectaciones importantes en la recaudación,» explica Angel.
La empresa se apoyó en su tecnología para adaptarse sin mayores complicaciones. Gracias a su sistema de gestión de relaciones con clientes (CRM) interno, RECSAONE, pudieron parametrizar las reglas de la Ley 2300 sin necesidad de cambios operativos significativos.
Un futuro más regulado, pero eficiente
A un año de su promulgación, la «Ley Dejen de Fregar» ha ayudado a consolidar una industria de cobranza más respetuosa y regulada en Colombia. Empresas como RECSA, con presencia en toda América Latina, han logrado adaptarse sin problemas, mostrando que la protección de la privacidad y la eficiencia en la gestión de cobros pueden coexistir.
«Somos un proveedor que, con su tecnología y experiencia en la región, tiene aportes valiosos a la industria financiera colombiana. Seguimos apostando por la seguridad de la información y la excelencia en nuestras operaciones,» concluye Angel.
La Ley 2300 es, sin duda, un avance hacia la construcción de una relación más equilibrada entre consumidores y empresas, garantizando el respeto a la intimidad mientras se asegura la transparencia en las comunicaciones de cobro.