Según Corficolombiana, el flujo de pasajeros nacionales se contraerá un 10,2% y disminuirán los ingresos y la ocupación de los hoteles y las divisas generadas por el sector que, el año pasado, superaron los US$7.300 millones.
Marzo fue un mes negro para las aerolíneas. Primero fue la crisis y la parálisis de Viva Air, cuya hipotética salvación depende de que Avianca acepte las condiciones que le impuso la Aeronáutica Civil para concretar la integración, y luego la quiebra de Ultra Air, que realizó su último vuelo este miércoles 29.
Las dos compañías manejaban el 25% del tráfico aéreo nacional y su colapso afecta especialmente a destinos como San Andrés, que vio reducir la oferta de vuelos de 34 a 8 frecuencias diarias.
La quiebra de ambas compañías supone un dolor de cabeza para cientos de miles de pasajeros que habían planeado sus vacaciones de Semana Santa, pero también un duro golpe para la hotelería y el turismo, un sector que, el año pasado, le generó más de US$7.300 millones en divisas al país, según el Banco de la República.
Según un informe de Corficolombiana, la reducción de la oferta aumentará el precio de los pasajes y contraerá el flujo de pasajeros pasajeros nacionales en un 10,2% en 2023 en comparación con el 1% que habría crecido si los casos de Viva Air y Ultra Air no se hubieran presentado.
“Una disminución de 1 punto porcentual (p.p) en el flujo de pasajeros reduce en 0,4 p.p. el crecimiento de los ingresos hoteleros y en 0,6 p.p. el crecimiento de la ocupación hotelera en el mismo mes”, advierte el análisis y agrega que su impacto sobre el sector será heterogéneo.
En San Andrés, Cartagena y Medellín, el porcentaje de mercado a cargo de Viva Air y Ultra Air era mayor al 35%, por lo que se anticipa que su efecto en dichas ciudades sea más fuerte.
“Nuestro pronóstico de crecimiento para el sector en 2023 antes del retiro de ambas aerolíneas era de 0,8%. Con el choque, puede llegar a contraerse entre 0,8% y 1,9%”, dice el informe.
Por ello, el análisis de Corficolombiana señala que las medidas que tome el gobierno serán claves para mitigar el choque y de esta forma, poder continuar con la estrategia que tiene concebida para los años 2022-2026 en su plan Turismo en Armonía con la Vida.
Según la Aeronáutica Civil, el año pasado se movilizaron 32,7 millones de pasajeros en vuelos nacionales, es decir un 21% más que 2019, gracias al buen comportamiento del turismo interno, impulsado en parte por la volatilidad del dólar y la reactivación total de la conectividad aérea.
Sin embargo, enero pasado el tráfico de pasajeros ascendió a 2,7 millones de pasajeros en vuelos nacionales, lo que representó una reducción del 1% frente al mismo mes del año anterior.
“El sector aéreo venía mostrando crecimientos y avanzando de manera constante. Sin embargo, situaciones como la del IVA en tiquetes, sumado a la suspensión de la actividad de Viva podrían causar una contracción para la industria de los viajes nacionales”, dijo Paula Cortés, presidenta de Anato, antes de la quiera de Ultra, la cual agrava la situación.