¿“Bebés del Nepotismo” o “Familias Empresarias”?

por | Ene 23, 2023

Se viene usando el término de los “Bebés del Nepotismo” de manera peyorativa cuando se habla de los hijos de las celebridades, que construyen su carrera sobre la fama de sus padres. Algunos de estos famosos han dicho literalmente que sus hijos no recibirán nada de su herencia con el ánimo de forjar su carácter, y que ellos mismos se hagan su vida. No obstante, hemos visto el crecimiento del bienestar alrededor de familia empresarias, que se han catapultado en el prestigio del apellido familiar, pero con reglas de juego de meritocracia, que más allá del concepto del desarrollo del individuo, busca abarcar incluso, nuestro desarrollo como familia y como sociedad.

Nadine Yousif de la BBC News publicó un artículo sobre los ricos y famosos que se niegan a compartir su herencia con sus hijos, lo cual lanza un mensaje muy distinto al que los consultores de empresa familiar promovemos cuando hablamos de un legado y la posibilidad de trascender al entregar a una siguiente generación beneficios para que sigan con empresas productivas, con impacto social y económico para la comunidad. Eso me hizo pensar en múltiples casos de amigos que se juntan a emprender, y de después de un tiempo se dan cuenta que la creación y fortalecimiento de la empresa era el único objetivo que tenían en común, porque la forma de pensar en cuanto a la continuidad del negocio, es radicalmente opuesta.

Es como si alguien se casara y años después le dice a su pareja que quiere tener hijos y la otra persona le dice que no está en sus planes… el problema no es si tener hijos o no, el problema es que nunca se hicieron las preguntas fundamentales antes de iniciar su vida en pareja. Lo mismo nos pasa en las empresas, crear una empresa es tan difícil como construir un hogar en pareja, y no solo hay que evaluar las competencias que se tienen para sacar adelante el proyecto, sino también la compatibilidad en lo patrimonial y en los valores. He visto casos de amigos que fundan exitosas empresas y, mientras que uno sueña por crear un legado para que su familia sea reconocida por generar empleo y aportar a la sociedad, su socio sueña en como gastarse el fruto de su esfuerzo, ya que si le deja algo a sus familiares lo puede dañar como persona por evitarle el esfuerzo de emprender y construir su propio patrimonio. Que complejos que somos los seres humanos; la buena noticia es que ambas posiciones son válidas, y pueden alcanzar acuerdos para que ambos cumplan sus sueños sin afectar a su socio o a todas las partes relacionadas con el negocio.

Entendamos un poco mejor cada posición. Hace un tiempo tuve una reunión dos socios que buscaban llegar a posibles acuerdos sobre la propiedad. Uno de ellos mencionaba que se llevaban muy bien y que por muchos años crearon una empresa muy interesante, pero cuando se acercaba el momento de la pensión, había posturas antagónicas, frente a lo que se creía sobre, entregar o no la empresa a las siguientes generaciones, y uno de ellos esperaba con ansias esta consultoría para poder llegar a algún tipo de acuerdo. En ese momento, el otro socio dijo abiertamente y sin tapujos, no les voy a quitar mucho tiempo porque lo he reflexionado toda mi vida y no voy a cambiar de parecer, “Dejar herencia es un error de cálculo”, la verdad… …yo vine a este mundo a disfrutarlo, y no pienso dejarles ni un peso a mis hijos, ya les di lo que les tenía que dar, especialmente educación y valores, los he acompañado en la construcción de sus empresas, para que ellos mismos se hagan su propia carrera o vida, “eso de depender de la plata de otro, no le ayuda a la mente a crear ni a emprender”. Por lo tanto, el único acuerdo al que quiero llegar es a ver cómo se vende esta empresa de la mejor manera, cómo la ponemos más bonita para que algún empresario que quiera y pueda, siga construyendo sobre lo que hemos realizado, y que además lo haga con gusto. Por lo tanto, repito y soy claro, aprendí que uno no le hace bien ni a sus hijos ni a la sociedad, si deja “Bebés del Nepotismo”, ya que en la mayoría de los casos son unos malcriados. De hecho, si después de que me muera, mis hijos se pelean por lo que quedo en mi error de cálculo, es decir lo que no pude vender, gastarme o donar, pues es problema de ellos, yo ya no estaré, y ellos deberán enfrentar los conflictos si es que no saben aprovechar las oportunidades. Warren Buffet, Bill Gates, y otros grandes magnates del mundo tienen una visión parecida, pues entendieron que uno no le debe dar subsidios de nada a la gente, porque les termina dañando su capacidad de crear.

El socio que buscó al equipo consultor, tenía una visión de trascender, de dejar huella, de dejar un legado familiar y el deseo de crear una familia empresaria de generación en generación. Su visión era muy clara, debemos formar a la siguiente generación como buenos propietarios, con un buen gobierno corporativo para que puedan trabajar en la empresa los que tengan los mejores méritos, que puedan tener un acuerdo de socios, para los que quieran salir de la propiedad, que exista libertad en la entrada y salida, pero en definitiva dejar un legado. Para él ya era momento de que fueran pensando en su sucesión, porque ya estaba cansado y fue cuando salió la idea de vender la empresa, ya que, si ninguno de los dos socios trabajaría en el día a día, pues era hora de vender el negocio al mayor valor posible, y gastársela como quisieran, aunque en su caso, sería más para crear una plataforma para gestionar la riqueza y los emprendimientos como familia empresaria unida, y en el de su socio, para fines más puntuales en su retiro y gozo de lo cosechado.

La visión de ambos socios era tan diferente, que hacía que el momento fuera apropiado para hacer un proceso de consultoría en gobierno corporativo. Adentro o afuera de la empresa, tener órganos de gobierno con prácticas formales que diluyan el poder y el control, podrían garantizar la permanencia de la empresa en el mercado, y, por otro lado, dentro o fuera de la gestión podrían seguir cuidando del negocio, recibiendo dividendos y planeando el uso de su patrimonio, como legado o como cheque de tiro. Ambos podían cumplir sus sueños sin destruir la empresa en el camino.

Estoy de acuerdo con que el papel de nosotros como padres es formar a los hijos e inculcar en ellos valores y principios, como los de la laboriosidad, honestidad, excelencia, generosidad, emprendimiento, iniciativa, austeridad, etc. Por lo tanto, haría mal si no me identificara con los valores que quiere inculcar el primer socio. Por otro lado, el segundo socio quiere dejar un legado de empresario y que lo hijos tomen ese trabajo previo para catapultarse y hacerlo crecer lo que más puedan para de esa manera poder ayudar a la generación de empleo, en su localidad, región, país, continente y porque no, el mundo como lo han logrado muchos empresarios, y para ello una plataforma empresarial, con hijos formados en busca de un propósito común hacen que este tipo de empresas tenga el mejor potencial de crecimiento. Por eso dejo claro que estoy de acuerdo con ambas visiones, incluso creo que puede existir una convergencia, que no son tan antagónicas como se cree, ya que los valores del emprendimiento y el deseo de que la gente haga cosas por su propio esfuerzo, hacen parte de la formación que debe tener una familia empresaria, ya que incluso se vuelve muy poderoso el grupo cuando somos un equipo creando juntos, para nosotros mismos y el resto de la humanidad. Es más, debo decir que una de las familias empresarias que más admiro, formó a sus hijos bajo la ley del esfuerzo y la austeridad, y solo hasta llegar a una edad de más de 40 años, les revelaban lo que tenían como familia, lo cual los hacía valorar mucho más el patrimonio y trabajar con respeto por lo construido por sus padres.

En nuestro ejemplo, los empresarios pueden crear una visión mixta para familias empresarias, donde no sólo se pueda pertenecer por méritos a las empresas, sino que también sea posible crear emprendimientos o gastar parte de su patrimonio, sin poner en riesgo el bienestar de los nietos y bisnietos. En otras palabras, no debemos acumular riqueza sin disfrutarla, ni tampoco debemos despilfarrar sin ser precavidos para el futuro, siempre he creído que el punto intermedio es el más favorable. Disfrutar del patrimonio con dividendos y cuidar del mañana con el patrimonio, ayudando a familiares y cercanos. Este artículo es muy claro en mostrar que cada persona tiene ideas diferentes y que aun así, podemos llegar a acuerdos que no afecten las empresas.

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Gonzalo Gómez Betancourt, Ph.D. – CEO Legacy & Management Consulting Group

Gonzalo Gómez Betancourt, Ph.D. – CEO Legacy & Management Consulting Group

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