Luego de un alza del 19% el año pasado, los restaurantes incrementaron en 14,5% sus precios al comienzo de 2023, lo que según Acodres los tiene en la zona de supervivencia.
El alza del costo de vida no solo es un problema para los hogares colombianos sino también para el sector de gastronomía. Según la Asociación Colombiana de
la Industria Gastronómica (Acodres), las ventas del sector superaron los $11 billones el año pasado, pero la rentabilidad fue castigada por el alza del 27% en el precio de los elimentos.
El gremio cita el ejemplo del corrientazo. Un plato de $12.000 -cada vez más difícil de encontrar- tenía un costo de preparación en un establecimiento formal de $4.200, pero la suma aumentó a $5.400 en promedio por el mayor costo de los insumos.
Guillermo Gómez París, presidente de Acodres, “el negocio de los restaurantes está en jaque y se ha afectado por la disminución en la capacidad de pago que actualmente tienen los colombianos”.
Ante este panorama, el sector se encuentra en “modo de supervivencia”, dijo el vocero, por lo que hizo un llamado al Gobierno Nacional para que genere nuevas alternativas que logren controlar la inflación. “No solo basta con subir las tasas de interés, es necesario encontrar otras alternativas”.
El gremio hizo una alianza con Cluvi –empresa que ha digitalizado más de 4.500 establecimientos gastronómicos en 5 países de Latam, incluido Colombia– para realizar el primer Reporte Mensual de la Industria Gastronómica después de realizar encuestas en 1.200 restaurantes.
¿El resultado? Las proteínas, vegetales y bebidas alcohólicas fueron las categorías que más cantidad de veces cambiaron de precio el año pasado.
En otras palabras, estos fueron los productos que generaron más presión para que el costo operacional de los restaurantes formales se incrementara cerca del 20%, afectando la capacidad de compra de los comensales.
De hecho, esto condujo a que el gasto de los colombianos en los establecimientos gastronómicos bajará el 4,9% en el último trimestre del año anterior, en comparación con el primer trimestre. Es decir que los ciudadanos empiezan a estar dispuestos a pagar cada vez menos por comer fuera de su casa.
Los alimentos que más subieron
Según el estudio, los productos que tuvieron más cambios de precios por la inflación fueron las bebidas destiladas que presentaron un aumento de 20,6%; seguido del vino, 19,9%; la comida de mar, 19,3%; los refrescos y gaseosas, 19,1%, y la cerveza, 18,31%.
A estos se sumaron las comidas rápidas (17,9%), la llamada comida saludable (17,2%), las carnes rojas (17,1%), los arroces (16,4%) y las pastas (16,2%).
De otra parte, las bebidas que más subieron fueron: el ron y el whisky, con el 25,7 y 25,5%, respectivamente. Continuó el tequila (22,7%), la ginebra (20,8%) y el vino tinto (20,3%).
Bebidas no alcohólicas como café, soda, gaseosas y jugos presentaron cambios con precios al alza entre el 16% y el 20%.
“Los fritos, presentaron un alza del 19,9%; seguido del sushi, 18,%; y las hamburguesas, 18%. Continuaron las carnes rojas (17,6%), la pizza (17,4%), las sopas (16,8%), los arroces (16,3%) y pescados y mariscos (16%). Respecto a las carnes blancas y las ensaladas, estos fueron los productos con menos variaciones; no obstante, subieron un 15%”, explicó Fabián Carrillo, CEO de Cluvi.