La gestión empresarial siempre ha sido un desafío apasionante. Sin embargo, cuando se trata de familias empresarias, este reto se vuelve aún más complejo. El buen gobierno corporativo es un pilar esencial para asegurar la continuidad y el éxito de estas empresas en medio de las dinámicas familiares. En este artículo, exploraremos los desafíos y aprendizajes que se desprenden de un caso real, la historia de una familia empresaria que enfrentó obstáculos significativos en su búsqueda de un buen gobierno corporativo.
Como especialistas en familias empresarias, comprendemos la importancia de un buen gobierno corporativo, especialmente el papel de los miembros independientes de la junta directiva para tomar decisiones objetivas y reducir las influencias emocionales. Sin embargo, a menudo, las familias empresarias subestiman la complejidad de pasar de la ausencia de órganos de gobierno a su implementación. Esto implica ceder el control a terceros independientes, un proceso que generalmente no se recibe con facilidad. La regla fundamental del buen gobierno corporativo es clara: «Si estás involucrado en la operación de la empresa, no puedes formar parte de la junta directiva, ya que no puedes ser juez y parte al mismo tiempo. Además, cuando se tiene un CEO externo a la familia, los empleados no deben ocupar posiciones en la junta directiva y ejercer autoridad sobre su propio jefe». Para ilustrar estas ideas, compartiremos un caso que ejemplifica las dificultades que pueden surgir durante la implementación del gobierno corporativo.
Hace poco, un CEO externo a una familia empresaria reflexionaba sobre su abrupta partida del grupo empresarial familiar que dirigía. Durante dos años, su gestión había sido exitosa, pero de repente, la familia decidió retomar el control de la junta directiva y la dirección general, poniendo fin a su contrato. El presidente de la junta directiva y único miembro de la segunda generación del grupo, le explicó que durante una asamblea general de accionistas extraordinaria, sus hijos habían decidido recuperar el control, a pesar de los avances en el gobierno corporativo. Reconocieron su labor, pero alegaron que el problema era de índole familiar. Prometieron entregarle referencias personales por su gestión. El CEO externo a la familia luchaba por comprender lo que había sucedido.
El grupo empresarial familiar estaba en transición de segunda a tercera generación con casi un siglo de historia, enfrentando tensiones familiares y desafíos en su sucesión. Los hermanos de tercera generación, quienes trabajaban en la empresa, tenían conflictos internos muy fuertes. Uno de los hermanos, el de la mitad, se sentía marginado y culpaba a sus hermanos mayores de problemas financieros y desigualdades en la compensación. En el año 2021, la familia decidió someterse a un proceso de protocolo familiar para abordar sus problemas internos. Los consultores diagnosticaron que ninguno de los hijos cumplía con el perfil necesario para ser presidente ejecutivo. Así, se decidió contratar un CEO externo, para posteriormente empoderar a uno de ellos y mejorar la gobernanza corporativa.
Se recomendó que la junta directiva estuviera conformada por el padre y dos miembros externos independientes, empresarios de éxito, y que el CEO y ninguno de los hermanos que eran gerentes de unidades de negocio pertenecieran a la junta. También se sugirió que el CEO fuera un invitado permanente y que él pudiera invitar directivos necesarios a la junta. En 2022, se formalizó un protocolo de familia y se establecieron políticas estrictas, aunque con dificultades debido a las malas prácticas empresariales de los hermanos de la tercera generación. El padre tomó el liderazgo y llevó algunos temas del protocolo de familia a estatutos y otros al reglamento interno, sin informar a los consultores.
En marzo de 2021, la familia contrató al CEO externo, pero a la junta directiva llegaron dos miembros independientes con un perfil diferente al sugerido por los consultores, generando tensiones con el hermano de la mitad. Uno de los miembros de la junta directiva, el de mejor perfil, renunció debido a los conflictos y porque el padre solo defendía a su hijo. Sin que se tratara abiertamente, la familia contrató a otro miembro de perfil inferior que se unió a la junta por su experiencia en logística.
El 2022 trajo altibajos en los resultados empresariales debido a la persistente tensión con el hermano de la mitad. El padre no permitía que la junta directiva tomara decisiones sobre sus hijos, lo que ocasionó problemas financieros. En noviembre de 2022, el CEO externo consideró despedir al problemático hermano, pero se dio cuenta de que el padre había cambiado las reglas en los estatutos, impidiéndole tomar esa decisión. Esto llevó a la renuncia del consultor de empresa familiar.
El 31 de enero de 2023, la familia decidió tomar por completo el control de la empresa, nombrando nuevos líderes y relegando al CEO externo. Los hermanos convencieron al padre de comprar las acciones del hermano de la mitad, quedando uno solo de los miembros independientes en la junta.
Este caso ofrece una serie de valiosos aprendizajes para las familias empresarias y los especialistas en el campo del gobierno corporativo:
- La importancia de la separación entre familia y empresa: Uno de los principales desafíos radica en separar las emociones familiares de las decisiones empresariales. Las familias empresarias deben comprender que un buen gobierno corporativo implica ceder el control y permitir que terceros independientes tomen decisiones objetivas en beneficio de la empresa.
- La necesidad de perfiles adecuados en la junta directiva: La elección de miembros independientes para la junta directiva es crucial. Deben ser empresarios exitosos y objetivos, capaces de tomar decisiones basadas en el interés de la empresa y no en relaciones familiares.
- La importancia de la documentación y la transparencia: Los protocolos familiares y los estatutos deben ser claros y transparentes. Cambiar las reglas a mitad de camino puede generar conflictos y socavar la confianza en el proceso de gobierno corporativo.
- El papel del consultor de empresa familiar: Los consultores desempeñan un papel vital en la implementación del gobierno corporativo. Sin embargo, su efectividad depende en gran medida de la voluntad de la familia de seguir las recomendaciones y respetar las mejores prácticas.
La transición de una empresa familiar de segunda a tercera generación es un desafío complejo que requiere un sólido gobierno corporativo. Este caso ilustra las dificultades que pueden surgir cuando las emociones familiares interfieren en las decisiones empresariales. La historia destaca la importancia de establecer un gobierno corporativo sólido desde el principio y mantener la transparencia y la coherencia en el proceso. Cuando se permiten cambios arbitrarios en las reglas, se socava la credibilidad del proceso y se generan conflictos. El buen gobierno corporativo es esencial para el éxito y la sostenibilidad de las empresas familiares. Las familias empresarias deben estar dispuestas a ceder el control y confiar en expertos independientes para asegurar un futuro próspero para su legado empresarial.