El papa Francisco ha expresado su preocupación por las políticas migratorias del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, especialmente por las deportaciones masivas que afectan a miles de migrantes. En una carta dirigida a los obispos estadounidenses, el pontífice calificó estas medidas como «una herida a la dignidad humana» y pidió que la Iglesia católica refuerce su compromiso con la defensa de los derechos de los migrantes y refugiados.
Francisco reconoció el derecho de los países a proteger sus fronteras y garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pero señaló que muchas de las personas afectadas por estas deportaciones huyen de la pobreza, la violencia y la persecución. En este sentido, instó a la comunidad internacional a abordar el fenómeno migratorio con humanidad, recordando que la fraternidad y la solidaridad son principios fundamentales de la doctrina cristiana.
El Vaticano ha manifestado en varias ocasiones su desacuerdo con las políticas migratorias de Trump, que incluyen la detención de inmigrantes en la frontera con México y la deportación de miles de personas sin un debido proceso. La tensión entre ambas posturas se intensificó tras declaraciones de Tom Homan, asesor de seguridad fronteriza de Trump, quien sugirió que el papa debería enfocarse en asuntos religiosos y no interferir en temas de seguridad nacional.
Además, Homan cuestionó la postura del Vaticano, señalando que la Ciudad del Vaticano está protegida por muros y medidas de seguridad estrictas, lo que en su opinión evidenciaría una contradicción en el discurso del papa sobre la apertura a los migrantes.
Las declaraciones del pontífice se suman a una serie de llamados que ha hecho la Iglesia católica en favor de políticas migratorias más humanitarias. Francisco ha sido un firme defensor de los derechos de los migrantes desde el inicio de su pontificado y ha reiterado que el mundo debe buscar soluciones que garanticen una migración ordenada, segura y basada en la dignidad de cada ser humano.
Esta nueva crítica del papa a las políticas migratorias de Trump reabre el debate sobre el tratamiento de los migrantes en Estados Unidos y pone nuevamente en el centro de la discusión la necesidad de reformar el sistema migratorio para encontrar soluciones que equilibren la seguridad nacional con el respeto a los derechos humanos.