Es el mes de los presupuestos empresariales, les pido que dejen de hacer cuentas alegres y aprendan de la experiencia de pandemia, traten esta nueva incertidumbre empresarial, con las mismas herramientas que usamos en ese momento.
Hace tan solo unos meses muchos empresarios como yo, pensábamos que iba ser muy difícil que el candidato de la izquierda llegara a la presidencia y que el país nunca escogería ese camino teniendo presentes las experiencias de nuestros vecinos en Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, México y Nicaragua; pero la lógica del electorado es otra, y tal vez el mensaje de fondo es que tenemos que vivir este periodo, debido en parte a los fallos que hemos tenido al no haber aplicado el capitalismo de una manera consciente. Por lo tanto, estamos ante una nueva realidad del país, que está muy distante del que fue, y que el gobierno de turno todos los días ha insistido una y otra vez en lo que piensa hacer con el modelo económico, lo curioso es que muchos empresarios, especialmente los que estamos atrapados en el país, seguimos teniendo esperanza, por el llamado “Sesgo de Probabilidad Optimista”, y terminamos negando una y otra vez la evidencia de los hechos, justificando que no tienen mayorías en el congreso, aunque temas como la reforma tributaria y su trasfondo, el manejo que se le ha dado al tema de la salud, la compra de las tres millones de hectáreas sin contar con recursos, la falta de carácter con los invasores de tierras, la idea de la paz total, el enemigo interno del estado… la legislación, además de los continuos mensajes de amenaza hechos por varios miembros de su gabinete que dicen sin ninguna tipo de desfachatez, que si no quieren cambiar, pues a marchar “el que entendió… entendió”, y que pese a que han tratado de decir, que es un gobierno de diálogo, por todos lados sale a relucir el estilo autoritario de su líder. El único ministro que trata de limpiar, los desatinos del gabinete y su gobernador, es el de hacienda, pero ya no sabe cómo seguir tapando el sol con el dedo meñique, porque ya no le quedan más dedos de las manos para seguir explicando la devaluación como algo meramente externo bajo una visión ingenua difícil de creer hasta para él… vamos a ver cuánto dura en ese cargo, y apenas renuncié, o lo cambien, será el momento de la verdad, donde recibiremos de manera frontal el cambio de modelo. Ahora a todo este coctel explosivo agréguele lo que pasa a nivel mundial con la guerra en Ucrania, que ya lleva lo que nadie se imaginó que duraría, hasta que al personaje le dé por oprimir el botón equivocado y entremos en un nuevo capítulo sombrío en la historia de la humanidad.
Con este panorama, hace unos días me dijo un amigo, Gonzalo las personas como tú deberían, o mejor tienen una responsabilidad de mostrar optimismo, y mi respuesta fue, por supuesto soy optimista, pero eso no significa que no deba prepararme para los escenarios más probables de la situación de este nuevo gobierno, además no tengo otra opción, si no fuera optimista me quedaría paralizado, por el contrario mi actitud es que seguiré luchando por mi propósito de vida, independientemente de las condiciones externas de mi entorno, soy creyente en un ser superior que me ha colocado en un camino, de ayudar a las familias empresarias a buscar pasar de generación en generación sus legados, no solo por el impacto que tienen en la economía de un país, ya que generan un PIB de casi 50% y representan en una definición amplia el 90% de nuestro entramado empresarial, sino porque además son los que más empleo generan, casi 70%, y por supuesto despiden la menor cantidad de personas en épocas difíciles, sin contar que es donde los valores del capitalismo consciente se ven con más claridad. Me levanto todos los días a explicar la forma de trabajar bajo la incertidumbre, haciendo escenarios y buscando de manera racional, ir día a día estableciendo las operaciones tácticas de supervivencia empresarial.
Hace unas semanas en un Consejo Asesor de una familia empresaria de segunda generación teníamos el inevitable tema del presupuesto de 2023, la sorpresa para los miembros independientes fue mayúscula al ver que el gerente comercial le puso un crecimiento en número de unidades del 10%, como si no pasara nada, ni a nivel mundial, ni a nivel interno. Yo reaccioné diciendo que las proyecciones más optimistas decían que el PIB crecería el 0,78%, la respuesta fue nosotros somos pequeños y no dependemos de esa variable, podemos robar mercado, además con otro problema usual de las familias empresarias, como si no existiera competencia. Creo fielmente que las empresas confunden el presupuesto del año con el objetivo comercial de la compañía que tiene un efecto bumerang en la empresa, ya que si presupuestamos unas ventas de 10% tenemos que importar un número mayor de materia prima, y cuando además pregunte a qué TRM, la discusión se fue al traste porque la respuesta fue a $ 4.900 pesos, por supuesto cuando salga este artículo seguro ya habrá superado la barrera psicológica de los $5.000 pesos; se preguntó que se tenía previsto sobre un posible desabastecimiento de materia prima por lo que se está viviendo en China y Rusia, y la respuesta ha sido “No creemos que tengamos problemas de abastecimiento”, la conversación se volvió un poco al revés dice un miembro del consejo “Es la primera vez que tengo que decirle al área comercial que baje su expectativa”.
Creo que nadie es capaz de predecir a más de tres o cuatro meses que va a suceder con relativo grado de certeza, en especial en materia del TRM, de recesión económica mundial, del problema mundial de la cadena de abastecimiento, y del efecto del gabinete de gobierno. Pero si podemos hacer escenarios como el siguiente: ¿Cuál es la probabilidad de la intervención del estado en cuánto a precios, utilidades, etc., en su sector?, y compararlo con la probabilidad de ocurrencia de un desorden social. Haga este ejercicio con su Junta Directiva sin apasionamientos. Observará que los sectores donde hay un impacto en la población vulnerable de manera directa: Energía, Salud, Educación, tendrán una mayor probabilidad de intervención y compárelo con la probabilidad de que no sean aprobadas sus reformas en el congreso, allí encontrará el escenario más probable y las tácticas que debe seguir para la supervivencia del negocio, cambiando el “Chip” de gestión a escenarios que inician por cuestionamientos como “¿qué debo hacer si sucede esto?”. Muy seguramente en algunos sectores donde no hay un impacto directo en el bienestar de las personas y no hay fallos de mercado, no habrá intervención alguna y podrán hacer escenarios medianos en el que puede haber un comportamiento similar al PIB colombiano proyectado. Aun así, la idea es volver a presupuestos cortos de trimestres o cuatrimestres, observar que pasa, si está bien de maravilla mejoramos el objetivo, pero sino pasa hacemos un “forecast” más realista para el siguiente cuatrimestre, donde a lo mejor tendrán que aplicarse estrategias aprendidas en pandemia, como la del acordeón.
Como conclusión, en este momento debemos tener cabeza fría en los análisis de presupuestación, y entender la diferencia en los sectores en los que participamos, no todos tendrán dificultades, puede incluso que en algunos existan posibilidades, pero solo lograremos entender esto con un análisis de escenarios de mediano plazo y no anuales, cuidando la caja todo lo que se pueda. Una vez caminamos sobre la realidad, la presupuestación del siguiente cuatrimestre nos ayudará en la racionalización de los recursos. Debemos adecuar la empresa a situaciones de alta incertidumbre, y no hacer cuentas alegres que nos frustran, al contrario, si en el primer cuatrimestre las cosas no salen como pensamos, tenemos la posibilidad de replantear y ajustar.