Las empresas familiares representan la espina dorsal de la economía global. Sin embargo, estas organizaciones enfrentan desafíos únicos, especialmente en lo que respecta a la continuidad del legado. Este artículo explora cómo enfrentar estos desafíos, destacando la importancia de la diversidad y el gobierno corporativo para asegurar la cohesión y el éxito a largo plazo de las empresas familiares.
El gobierno corporativo asegura la adecuada dirección y supervisión de las empresas mediante normas y prácticas. En empresas familiares, equilibra intereses familiares y empresariales, incluyendo estructuras como asambleas de accionistas, juntas directivas, comités de apoyo, asambleas y consejos familiares. Cada órgano persigue la sostenibilidad a largo plazo, esencial para el bienestar nacional. La diversidad en estos órganos refleja perspectivas variadas y valores, clave para prevenir conflictos y promover adaptabilidad ante cambios ambientales.
La diversidad en un grupo abarca diferencias como género, raza, orientación sexual, edad, habilidades y experiencias, fundamentales para la innovación empresarial. Al integrar diversas perspectivas, se fomenta la creatividad y se generan soluciones más innovadoras. Equipos diversos también toman decisiones más informadas, considerando un espectro más amplio de opciones. Además, un entorno inclusivo enriquece la moral y la lealtad de los empleados, aumentando la satisfacción y la retención. Asimismo, una empresa diversa está mejor posicionada para comprender y satisfacer las necesidades de una clientela variada, mejorando así su capacidad competitiva.
En la actualidad, las empresas familiares deben reconocer la importancia de la diversidad y el buen gobierno corporativo. Integrar estos principios es crucial para adaptarse a cambios sociales y económicos, fortaleciendo la resiliencia y la capacidad de adaptación de las organizaciones. Un ambiente inclusivo no solo atrae talento diverso, sino que también mejora la reputación y fortalece las relaciones con los clientes, fomentando una mayor fidelidad. Por último, un gobierno corporativo sólido y una cultura inclusiva son fundamentales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo, asegurando el crecimiento continuo y la estabilidad de la empresa familiar en el tiempo.
Hace algunos años, tuve la oportunidad de acompañar a una familia de tercera generación en Miami mientras enfrentaban una profunda crisis de valores y generacional. Esta familia, propietaria de una exitosa empresa farmacéutica que emigró de Chile a Estados Unidos, se veía amenazada por tensiones internas que desafiaban tanto su estructura familiar como empresarial. Durante una reunión crucial del consejo de familia en enero de 2015, surgió un conflicto cuando la prima de la tercera generación presentó a su esposa y propuso que ella ocupara su lugar en el consejo. Esto provocó una acalorada discusión con su primo, quien argumentó que la inclusión de una pareja homosexual contradecía los valores católicos de la familia, basados en principios tradicionales transmitidos por sus abuelos. La prima defendió su derecho a la inclusión y criticó el uso de la religión para juzgar a los demás, lo que llevó a una pausa en la reunión para calmar los ánimos.
En la implementación del protocolo familiar en 2012, la abuela había establecido una visión basada en valores como honestidad, excelencia, laboriosidad, iniciativa, servicio a los demás, generosidad y religiosidad, pero la tercera generación, liderada por la prima, comenzó a cuestionar la relevancia de estos principios en un mundo cambiante. Argumentaron que la religión católica era excluyente y no reflejaba sus creencias personales ni las realidades modernas, evidenciando así la creciente brecha generacional y la urgente necesidad de reevaluar los fundamentos familiares. La infancia y adolescencia difíciles de la prima, marcadas por el rechazo debido a su identidad sexual y su posterior traslado a Nueva York donde encontró un ambiente más tolerante y conoció a su esposa, profundizaron las tensiones familiares debido a su orientación sexual. En otra reunión del consejo, la revelación del embarazo de la esposa de la prima mediante fertilización in vitro generó una reacción negativa del primo, quien cuestionó la ética del procedimiento y llevó a la suspensión de la sesión. Él defendió los valores tradicionales y cuestionó la capacidad de la prima y su esposa para ser buenos modelos de crianza.
Como consultor, junto con la presidenta del consejo de familia, nos enfrentamos a un dilema complejo sobre cómo reconciliar a una familia con valores tan divergentes. Mientras considerábamos la posibilidad de divisiones familiares y la venta de acciones de la empresa, también reflexionamos sobre la importancia de fomentar la unidad y la diversidad. A pesar de su compromiso con los principios familiares, la presidenta admiraba la valentía de la prima y apoyaba su derecho a la felicidad, mientras que el primo, con su formación académica y profundo conocimiento de la vida de la prima, expresó incomodidad con su orientación sexual y las implicaciones para sus hijos. La prima, por su parte, decidida a luchar por su reconocimiento pleno en la familia y la empresa, demostró que su orientación no afectaba su capacidad profesional ni su compromiso como madre. Al final, buscamos un equilibrio mediante un diálogo con líderes de la iglesia católica sobre la caridad y la justicia, y acordamos compromisos mutuos que nos permitieron avanzar sin romper los principios fundacionales de la empresa familiar, preservando así la unidad y adaptándonos a las cambiantes realidades sociales.
El caso de la familia empresaria subraya la importancia crítica del gobierno corporativo y la diversidad en las empresas familiares modernas. Estas organizaciones deben adaptarse a los cambios sociales y abrazar la diversidad, incluida la aceptación de diferentes orientaciones sexuales, para evitar imposiciones exclusivas de valores religiosos tradicionales que podrían ser contraproducentes. Es fundamental desarrollar mecanismos efectivos para manejar conflictos internos, promoviendo la mediación y la búsqueda de consensos, lo que fortalece la cohesión familiar y evita rupturas empresariales. La inclusión de diversas perspectivas en las juntas directivas es crucial para reflejar la variedad de la familia y la sociedad, fomentando así un ambiente inclusivo que promueve la innovación y la adaptabilidad frente a un entorno empresarial cambiante y complejo.
En conclusión, la experiencia de esta familia destaca cómo la integración de la diversidad y un sólido gobierno corporativo son fundamentales para asegurar la cohesión familiar y el éxito empresarial a largo plazo. A través del diálogo abierto y el compromiso con valores actualizados, la familia encontró un equilibrio entre sus tradiciones arraigadas y la necesidad de adaptarse a un entorno diversificado. Este enfoque no solo fortaleció su unidad interna, sino que también sentó las bases para un crecimiento sostenible y una mayor resiliencia frente a los desafíos futuros, demostrando que la inclusión y el buen gobierno corporativo son pilares esenciales para el éxito duradero en los negocios familiares.
