La implementación de esta vanguardia tecnológica plantea desafíos cruciales, tales como cuestiones de autoría, una posible dependencia excesiva, la amenaza latente de la pérdida de originalidad y la preocupación por una eventual disminución de la diversidad creativa.
En un universo en constante transformación, donde la tecnología marcha a pasos agigantados, la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) se perfila como una herramienta imprescindible en múltiples esferas, incluyendo la creatividad. La antigua disputa sobre si la IA reemplazaría o no los empleos humanos está cediendo terreno, mientras empresas y profesionales se adaptan para aprovechar al máximo esta tecnología, utilizándola para potenciar y agilizar sus procesos creativos.
Ana Lopera, Senior Account Manager – L3 de PGD, plantea un cambio de enfoque clave: «Ya no se trata de debatir si las IAs suplantarán o no el trabajo humano, sino de cómo establecer una colaboración fructífera con ellas para simplificar nuestras vidas». En este sentido, la IA se ha convertido en un aliado indispensable para los creativos, permitiéndoles generar contenido de alta calidad con una eficiencia sin precedentes.
En el campo de la edición de imágenes y videos, los programas asistidos por IA automatizan tareas tediosas como el recorte y la corrección de color, liberando tiempo valioso para que los creativos se enfoquen en la esencia conceptual de su trabajo. Además, en la esfera del audio, la IA se erige como una aliada formidable al reducir el ruido, mejorar la calidad de la voz y restaurar grabaciones antiguas con tan solo un clic.
No obstante, el desafío radica en definir los límites de la autoría y la creatividad en este contexto. Francisco Rodríguez, Senior Motion Designer – Post Production de PGD, subraya la necesidad de establecer directrices claras para abordar esta cuestión, considerando implicaciones legales y empresariales que equilibren el uso de la IA. La discusión en torno a quién es el verdadero creador, la persona o la tecnología, sigue siendo un tema candente.
Aunque inicialmente muchas soluciones de IA estaban al alcance de todos, a medida que su potencial se ha materializado, la mayoría de las soluciones competentes en la industria han pasado a ser de pago, generando desigualdades en el acceso y en el aprovechamiento de estas tecnologías.
No obstante, la colaboración con la IA no está exenta de desafíos. La dependencia excesiva, la pérdida de originalidad y la reducción de la diversidad creativa son algunos de los riesgos latentes. Además, la continua evolución de la tecnología y la falta de regulación plantean desafíos adicionales para los creativos y las empresas.
La clave para un uso adecuado y equitativo de la inteligencia artificial radica en la ética profesional y en la habilidad de integrarla de manera responsable y equilibrada en los procesos creativos. La IA debe ser vista como una herramienta complementaria que inspire y guíe, en lugar de suplantar la voz y la expresión únicas de los profesionales creativos.
“Aún estamos en zona desconocida en un trabajo cooperativo con las IAs, brecha de acceso y cuidado de su uso ante un territorio desconocido, por lo que los profesionales advierten que hay que adentrarse con cautela, respeto y sobre todo buenas prácticas. En PGD visualizamos una realidad donde la IA coexiste con la creatividad humana, impulsando la innovación y abriendo nuevas fronteras”, agregó Luis Escalante, Delivery Director, Tech de PGD.