Las dificultades para transformar los estatutos para mayor protección de las empresas

por | Dic 19, 2023

En el contexto de la sucesión empresarial, la actualización de estatutos para garantizar liquidez y proteger a todos los accionistas se presenta como un gran desafío. Este artículo explorará las cláusulas de protección a accionistas, como el «Tag Along» y «Drag Along», a través de un caso colombiano, revelando las dificultades de introducir estas medidas en estatutos rígidos. También examinaremos los acuerdos privados de accionistas como alternativa, una herramienta legal que puede proporcionar la flexibilidad necesaria para superar los obstáculos estatutarios.

Con más de 25 años de experiencia asesorando a familias empresarias en la elaboración de protocolos familiares, he sido testigo de las complejidades que surgen al intentar armonizar los intereses individuales con la continuidad y éxito de la empresa familiar. En este tiempo, he notado una constante falta de acuerdos sólidos en diversas dimensiones. Para las familias que optan por la propiedad individual, la necesidad de establecer mecanismos que faciliten la liquidez de las acciones y la transacción fluida se ve frustrada por estatutos obsoletos que obstaculizan la agilidad y adaptabilidad requeridas en un entorno empresarial dinámico. Paradójicamente, la Superintendencia, al aplicar la normatividad vigente, a veces parece entrar en conflicto con el objetivo de facilitar la transacción de acciones, generando tensiones en lugar de ofrecer soluciones.

Por otro lado, las familias que optan por el patrimonio colectivo se encuentran limitadas por la ausencia de figuras de fideicomisos a perpetuidad en el contexto colombiano, lo que las lleva a buscar soluciones en el extranjero. Esta realidad evidencia la falta de opciones locales que se ajusten a las necesidades particulares de estas familias. En mi perspectiva, estamos lejos de contar con una normatividad que se flexibilice y adapte a la diversidad de situaciones que enfrentan las familias empresarias o los accionistas en el país.

Esta introducción plantea un escenario común para muchas familias empresarias, donde la legislación actual no siempre se alinea con las dinámicas y necesidades específicas de estos entornos familiares y empresariales. Este contexto resalta la relevancia y urgencia de abordar las deficiencias normativas y establecer marcos legales que permitan la adaptabilidad necesaria para garantizar la continuidad y prosperidad de las empresas familiares en Colombia.

Las cláusulas de protección a accionistas constituyen un conjunto de mecanismos diseñados para salvaguardar intereses en entornos corporativos complejos. El «Tag Along» (Derecho de acompañamiento) emerge como un faro que asegura que los accionistas minoritarios puedan unirse a una transacción de venta cuando los accionistas mayoritarios decidan vender sus participaciones. Es un mecanismo crucial para proteger la equidad en las transacciones y evitar posibles desventajas para los accionistas minoritarios. El «Drag Along» (Derecho de arrastre) proporciona una herramienta que permite a los accionistas mayoritarios obligar a los minoritarios a unirse a una venta, simplificando el proceso de toma de decisiones y facilitando acuerdos globales. La prioridad de compradores establece un orden de preferencia entre aquellos que pueden adquirir acciones en caso de venta, protegiendo los intereses de los accionistas existentes y evitando situaciones que puedan afectar negativamente el equilibrio de poder en la empresa.

El año pasado, asistí a una familia empresaria colombiana en un proceso de transición de la primera a la segunda generación. La empresa, fundada por el patriarca, contaba con más de diez accionistas, incluyendo hijos de diferentes matrimonios y amigos minoritarios. La complejidad se intensificaba, ya que el fundador había perdido gradualmente el control mayoritario. Con cada hijo poseyendo el 23.3%, las tensiones entre herederos se volvieron palpables, desencadenando la urgencia de establecer reglas claras para la gestión futura. La pérdida de control del fundador planteó la necesidad de modernizar los estatutos, incorporando cláusulas de protección a accionistas para salvaguardar la equidad y facilitar una transición ordenada. Las conversaciones entre los accionistas llevaron a acuerdos sobre valoración anual de la empresa, fondos de reserva para readquisición de acciones y mecanismos como «Tag Along» y «Drag Along» para proteger los intereses de todos. Sin embargo, la implementación de estos acuerdos en los estatutos se convirtió en un desafío, enfrentando la barrera legal de la unanimidad requerida para modificar estatutos en Colombia.

El análisis del Concepto 220-002294 de la Supersociedades, emitido en enero de 2014, resalta la rigidez legal que enfrentan las empresas al intentar modificar estatutos, evidenciando la dificultad de superar la unanimidad requerida para cambios sustanciales. A pesar del fuerte respaldo (más del 80% de accionistas), la Superintendencia de Sociedades exigió unanimidad para ciertas cláusulas de protección, subrayando la necesidad de anticipar estas complejidades desde el inicio. La paradoja surge al imponerse requisitos adicionales, como la unanimidad, para cláusulas específicas, a pesar de la mayoría calificada a favor del cambio de estatutos. Ante estas dificultades estatutarias, los acuerdos privados de accionistas emergen como una estrategia legal alternativa. Estos contratos privados, reconocidos por la legislación colombiana, ofrecen flexibilidad para abordar cláusulas de protección, incluyendo «Tag Along» y «Drag Along,» permitiendo a los accionistas adaptar reglas a las necesidades cambiantes de la empresa. Aunque sujetos a límites legales y éticos, los acuerdos privados representan una vía para superar obstáculos estatutarios y garantizar la aplicabilidad de cláusulas esenciales. Es crucial comprender que, aunque los acuerdos privados de accionistas son vinculantes para las partes, ciertas cláusulas no afectan a la sociedad ni a terceros ajenos al acuerdo original. En el contexto colombiano, estos acuerdos no pueden alterar los derechos fundamentales ni contradecir las disposiciones estatutarias de las sociedades anónimas.

El caso analizado ofrece lecciones valiosas para empresas en procesos similares, proporcionando herramientas para enfrentar desafíos en la sucesión empresarial. Las cláusulas de protección son esenciales para cimentar empresas familiares y garantizar su continuidad. La inclusión de acuerdos privados brinda flexibilidad, permitiendo superar obstáculos y trazar un camino hacia el éxito a largo plazo. Este análisis destaca la urgencia de ajustar la normativa colombiana para adaptarse a diversas realidades empresariales, enfatizando la necesidad de una legislación que impulse la evolución y prosperidad de las empresas en constante transformación en el dinámico entorno colombiano. La capacidad de adaptación será fundamental para la supervivencia y éxito continuo en el cambiante escenario empresarial.

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Gonzalo Gómez Betancourt, Ph.D. – CEO Legacy & Management Consulting Group

Gonzalo Gómez Betancourt, Ph.D. – CEO Legacy & Management Consulting Group

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