Decisiones cruciales para combatir el fraude: tecnología y educación financiera como pilares esenciales
En un mundo donde los avances tecnológicos prometen mayor seguridad, el fraude sigue siendo una amenaza latente que perjudica tanto a consumidores como a instituciones financieras. Un informe reciente ha revelado que un alarmante 60% de los colombianos no cuenta con un entendimiento básico sobre seguridad financiera, lo que favorece la labor de los estafadores y pone en riesgo el patrimonio de miles.
El crecimiento de las modalidades de fraude es preocupante. Según el Informe de Amenazas Cibernéticas de 2023 de la Policía Nacional, el último año vio un incremento del 40% en los ataques al sistema financiero colombiano. Entre las estrategias más utilizadas por los delincuentes se destacan el phishing, el skimming y el fraude de identidad. Mientras el phishing, mediante correos electrónicos engañosos, se ha elevado un 50%, el skimming implica el uso de dispositivos ilegales en cajeros automáticos, y el fraude de identidad capitaliza en documentos falsificados.
Clara Escobar, directora ejecutiva de la Asociación de Compañías de Financiamiento (AFIC), enfatiza la necesidad de un enfoque dual para mitigar el fraude: «Las entidades están aumentando sus esfuerzos en seguridad cibernética y adoptando nuevas tecnologías. Sin embargo, la cruda realidad es que muchos consumidores siguen siendo vulnerables debido a su falta de conocimiento».
La inteligencia artificial está emergiendo como una herramienta poderosa en la lucha contra el fraude. Investigaciones de McKinsey indican que su aplicación puede disminuir las pérdidas por fraude en hasta un 30%. A su vez, las tecnologías biométricas, como el reconocimiento facial y las huellas dactilares, prometen reducir el fraude hasta un 70% en los próximos cinco años.
Más allá de la innovación tecnológica, la educación financiera es fundamental. Un estudio de la Universidad de los Andes destaca que las instituciones que han implementado talleres y campañas de concientización han logrado reducir los incidentes de fraude en un 25%. Esto demuestra que capacitar a los colombianos sobre la seguridad financiera y los riesgos asociados es clave para proteger sus recursos.
«La unión entre las distintas entidades financieras es vital frente a esta amenaza. Informes de Asobancaria revelan que la colaboración ha permitido disminuir los incidentes de fraude en un 20% en el último año. Sin embargo, dadas las constantes evoluciones en las técnicas de los delincuentes, y el persistente desconocimiento entre la población, el camino hacia una mayor seguridad está aún lejos de completarse», agrega Escobar.
En conclusión, forjar un entorno financiero más seguro requiere una inversión constante en la educación de los usuarios, así como la capacitación continua de los profesionales del sector. Empoderar a los ciudadanos con conocimiento permitirá identificar y prevenir fraudes, creando así un ecosistema financiero más consciente y preparado frente a los desafíos contemporáneos. La colaboración y la educación son las claves para fortalecer la confianza en el sistema financiero colombiano.