La Superintendencia Financiera de Colombia certificó un nuevo incremento en la tasa de usura para abril de 2025, que se ubicó en 25,62% efectivo anual. Esto representa un aumento de 70 puntos básicos frente al 24,92% registrado en marzo, y responde al ajuste del interés bancario corriente para créditos de consumo y ordinarios, que pasó de 16,61% a 17,08%.
Este aumento tiene un impacto directo sobre el costo del crédito para los colombianos, especialmente en productos como tarjetas de crédito y préstamos personales. A medida que sube la tasa máxima permitida para cobrar intereses, también lo hace el valor de las cuotas mensuales y, en consecuencia, el acceso al crédito se vuelve más difícil para ciertos sectores de la población.
Expertos del sector financiero advierten que este tipo de ajustes, aunque necesarios en el marco de una política monetaria restrictiva, podrían agravar la exclusión financiera. Muchas personas, al no poder acceder a préstamos bancarios, recurren a fuentes informales de financiamiento como el “gota a gota”, que además de ser más costosas, pueden implicar riesgos de seguridad y abusos.
El incremento de la tasa de usura refleja, además, el contexto de altas tasas de interés que ha adoptado el país en su lucha contra la inflación. Sin embargo, es necesario equilibrar la estabilidad macroeconómica con la protección de los consumidores financieros, especialmente en momentos de desaceleración económica.
En este escenario, se hace cada vez más urgente el fortalecimiento de la educación financiera, así como el desarrollo de mecanismos de crédito más flexibles e inclusivos que no comprometan la estabilidad de los hogares ni los expongan a modelos de financiamiento informales y peligrosos.