En su octava reducción consecutiva, la Junta Directiva del Banco de la República disminuyó nuevamente la tasa de interés en 50 puntos básicos, estableciéndola en 9,75%. La medida, apoyada por cuatro de los siete codirectores del Emisor, refleja el enfoque gradual del banco central para incentivar la actividad económica y aliviar las presiones sobre el mercado de crédito, en un contexto de desaceleración económica y moderación de la inflación. Tres de los miembros de la junta propusieron una reducción más agresiva de 75 puntos básicos, evidenciando las diferencias en la velocidad del ajuste monetario entre los directivos.
Desde noviembre de 2023, cuando las tasas alcanzaron un máximo de 13,25%, el Banco de la República ha implementado una serie de reducciones en respuesta a las condiciones económicas. En diciembre de ese año, la tasa se redujo a 13%, y en los meses siguientes se aplicaron sucesivos recortes que la llevaron a los niveles actuales. Este proceso de ajuste continúa siendo tema de discusión, especialmente con la expectativa del ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla González, quien espera una reducción aún más significativa antes de fin de año. Bonilla señaló que el Gobierno del Cambio confía en cerrar el 2024 con una tasa de 8%, en un esfuerzo por apoyar la recuperación económica.
Factores clave en la decisión del Banco de la República
La Junta Directiva consideró múltiples factores en su decisión de política monetaria, incluidos indicadores de inflación, crecimiento económico y riesgos fiscales. Algunos de los elementos clave que guiaron esta nueva reducción fueron:
- Inflación en descenso: La inflación anual en septiembre se situó en 5,8%, una baja respecto al 6,1% registrado en agosto. La inflación básica, que excluye alimentos y regulados, se mantuvo estable en torno al 5,5%. Este comportamiento refuerza las expectativas de que la inflación continuará moderándose, acercándose a la meta del Banco Central.
- Revisión de las proyecciones de inflación: Las estimaciones del equipo técnico del Banco de la República anticipan una inflación del 5,3% para el cierre de 2024 y del 3% para finales de 2025, en línea con el objetivo de estabilización de precios del Emisor.
- Perspectiva de crecimiento económico: El equipo técnico revisó al alza las proyecciones de crecimiento para la economía colombiana, previendo un aumento del 1,9% en 2024 y del 2,9% en 2025. Estas previsiones sugieren una recuperación gradual, aunque aún frágil, de la actividad económica.
- Volatilidad cambiaria: Las recientes presiones sobre el tipo de cambio han sido impulsadas por la fortaleza del dólar a nivel global y la caída de los precios internacionales del petróleo, factores externos que afectan la economía colombiana y agregan incertidumbre al panorama económico.
- Riesgos fiscales: La Junta evaluó los riesgos fiscales de corto y mediano plazo que enfrenta Colombia, como la brecha en los recaudos tributarios y las dificultades de financiamiento para el presupuesto de 2025. Además, el proyecto de reforma constitucional al Sistema General de Participaciones podría tener implicaciones importantes para la sostenibilidad de las finanzas públicas.
En su declaración, el Banco de la República enfatizó que la reducción de la tasa de interés tiene el propósito de respaldar la recuperación económica mientras se mantiene la prudencia frente a los riesgos persistentes en materia de inflación y estabilidad financiera. «La reducción de la tasa de interés aprobada el día de hoy continúa apoyando la recuperación del crecimiento económico y mantiene la prudencia requerida, dados los riesgos que subsisten sobre el comportamiento de la inflación», concluyó el comunicado del Emisor.
Expectativas y próximos pasos
Con una última reunión de la Junta Directiva programada para diciembre, la expectativa de nuevas reducciones mantiene el foco en la estrategia del Banco de la República de balancear el impulso económico con la cautela necesaria para contener la inflación. Este enfoque gradual es clave para lograr la estabilidad económica a largo plazo y mejorar las condiciones financieras de los hogares y empresas colombianas.
El seguimiento a la inflación, el tipo de cambio y el crecimiento económico será determinante en las decisiones futuras, mientras el Banco continúa adaptándose a las presiones externas y locales.