Basándose en un modelo de reciclaje y de respeto por el agua, esta empresa paisa ha construido una de las fábricas más sostenibles de Colombia. Conozca su estrategia.
Por Juan Sebastián Morales Correa @Juansemo
“Nosotros somos recicladores, reciclamos piel. En ningún momento sacrificamos a un animal por su piel. La conseguimos recaudando la materia prima que sobra de la industria cárnica”, cuenta Kenverly Quintana, Coordinadora de Gestión Ambiental en Cueros Vélez.
Pues bien, esta estrategia significó que la marca sea certificada con el sello de moda sostenible en categoría Oro, logro más que valioso si tenemos presente que el sector de las pieles es uno donde más se ven prácticas contaminantes y éticamente desacertadas.
¿Cómo han alcanzado este reconocimiento? Una fábrica con una filosofía especial, así como un rastreo 100% honesto de sus procesos, han sido fundamentales.
Situémonos en Amagá, municipio antioqueño de 32.227 habitantes, que pasó de ser uno de los retos más grandes a convertirse en aliado esencial para Vélez. Allí está su principal planta de producción.
“En su momento asumimos el reto de construir confianza sostenible en una población de vocación minera, donde un trabajador o trabajadora se ganaba en tres días un salario mínimo, pero sin ninguna garantía laboral. Así que entramos a mostrarles en qué consisten las garantías de ley, así como a cambiarles su filosofía y que sean conscientes del impacto en su entorno”, cuenta la Ingeniera Ambiental.
En dicha fábrica trabajan 400 empleados, el 80% de ellos pertenecientes a la región, que procesan 750 pieles al día, siendo un referente internacional por mitigar prácticas perjudiciales para el medio ambiente .
Ejemplo de ello es el tratamiento de aguas residuales, involucrando el 100% del agua generada en la producción y removiendo hasta un 98% de carga contaminante, para recircular el agua en otras áreas.
Igualmente tratan sus procesos químicos: reutilizan en un 90% las sales de cromo, evitando que lleguen a las aguas vertidas a las fuentes hídricas.
Todo empieza por los proveedores
“Trasladamos nuestra responsabilidad sostenible a nuestros proveedores, exigiéndoles estándares de responsabilidad altos. Siempre hacemos una verificación propia, antes y mientras trabajamos juntos, visitando sus procesos productivos”, indica Quintana.
Vélez premia el buen trabajo de sus proveedores, apoyándolos, por ejemplo, con acceso a líneas de crédito en bancos aliados. Como dice su vocera: “buscamos crecer en conjunto con quienes se comprometen con estándares sostenibles”.
“Por ejemplo, todas nuestras pieles crudas y saladas tienen procedencia colombiana. Y no dudamos si esto encarece la compra del insumo: debemos tener control total de la trazabilidad, solo así sabemos qué estamos vendiendo”, agrega la antioqueña.
Productos para “toda la vida”
“Cuando uno de nuestros productos pierde alguna característica, como color o brillo, el usuario lo puede llevar a una de nuestras tiendas con servicio de restauración”, cuenta la directiva. Este servicio cuesta $50.000 como estándar.
“Buscamos que nuestros productos duren toda la vida. No queremos nunca que un producto nuestro termine en un relleno”, señala Kenverly Quintana.