En el corazón de la arquitectura moderna y sostenible, el arquitecto y paisajista colombiano Ernesto Guaqueta ha presentado su innovador proyecto “Casa Flotante”. Este concepto vanguardista no solo armoniza las construcciones con la naturaleza, sino que también promueve el uso del icopor como elemento fundamental en la construcción, respetando y preservando el hábitat natural que nos rodea.
La Armonía entre el Hombre y la Naturaleza
“El bienestar del ser humano es el fin último de la arquitectura y las personas deben hacerla evolucionar. Necesitamos respuestas concretas frente a los problemas de sostenibilidad en general, cuidando nuestro hábitat”, aseguró Ernesto Guaqueta durante la presentación del proyecto. La “Casa Flotante” destaca por su capacidad de integrar el diseño y la construcción, haciendo del ser humano el protagonista principal de la arquitectura.
Guaqueta y su equipo han invertido siete años de investigación para lograr que el icopor, recubierto con poliestireno, actúe como un excelente aislante de humedad y elemento de flotación. Este material no solo se utiliza favorablemente en viviendas sanas, sino que también promueve nuevos usos para proteger nuestro planeta y mejorar los rellenos sanitarios.
Innovación y Sostenibilidad en Cada Detalle
La “Casa Flotante” es una construcción acogedora que vale la pena visitar. Sus muros están hechos de bloques de arcilla, proporcionando una base sólida y sostenible. Este proyecto ha sido concebido como una solución adaptable, ideal para proyectos paisajísticos a medida en espacios privados, y también como una solución para las necesidades de diferentes comunidades.
Una de las innovaciones más destacadas de esta construcción es su manejo eficiente del agua, fuentes energéticas sostenibles y tratamiento de residuos. La casa separa las aguas negras (sanitarios) de las grises (lavaplatos, duchas y lavamanos), utilizando un biodigestor para procesar los sólidos suspendidos en las aguas negras. Este proceso produce biogás o fertilizante natural, útil para el buen desarrollo de las plantas.
Las aguas grises son dirigidas a campos de riego que alimentan las plantas en las terrazas de la casa, donde se purifican y descontaminan a través de jardineras que actúan como filtros. De esta forma, las plantas se hidratan y producen oxígeno sin alterar el entorno acuático.
Una Construcción con Propósito
El prototipo de la “Casa Flotante” cuenta con 70 m² de área cubierta construida y 7,2 m² de terrazas. Utiliza 15,7 m³ de icopor recubierto con polietileno para evitar la contaminación del agua y el consumo por la fauna. Este enfoque reduce significativamente uno de los principales contaminantes de los mares, que causa la muerte a millones de animales y atenta contra la salud humana.
“Otro elemento de diferenciación de esta construcción en el agua frente a otras propuestas, es que cuenta con todas las características de una edificación tradicional, con muros de bloque de arcilla, estructura de acero y ventanas de aluminio, materiales que se encuentran en territorio nacional”, afirmó Guaqueta.
La casa flotante es modular y se puede construir en 90 días, con dos pisos que incluyen una terraza de acceso enmarcada con jardineras, un salón-estudio, comedor-cocina, una habitación principal cómoda y acogedora, y un baño completo. Todos los elementos de la construcción cuentan con antioxidantes y anticorrosivos amigables con el medio ambiente.
Humanizando la Arquitectura
“Lo más extraordinario de la “Casa Flotante” es el binomio que desarrolla entre paisajismo y sostenibilidad. Así se asegura que sus espacios salvaguarden el correcto relacionamiento del ser humano con la naturaleza, impulsando su bienestar físico y mental. Eso es humanizar la arquitectura”, mencionó su creador.
Desde los principios de la arquitectura bioclimática, esta construcción brinda un diseño exclusivo y único, adaptado al piso térmico donde se construya. Además, se aprovechan las condiciones ambientales para ofrecer una edificación exclusiva e irrepetible.
“No se puede hablar de la “Casa Flotante” sin mencionar que desde su concepción se pensó en que también fuera posible adecuarla para proyectos sociales o como una solución para comunidades en alto riesgo de inundación. Ya estamos acercándonos a la academia y pensamos hacerlo con organizaciones internacionales para estudiar sus usos y aplicaciones”, concluyó Guaqueta.
Este proyecto representa un paso significativo hacia una arquitectura más humana y sostenible, donde la innovación y el respeto por la naturaleza van de la mano.