Mientras en el gobierno insisten en la necesidad de recuperar el poder adquisitivo de los salarios, los analistas señalan que un alza exagerada afectará la creación de empleo.
Este miércoles 30 de noviembre comenzaría la discusión de uno de los precios más importantes de la economía: el salario mínimo, con la primera reunión de la mesa de negociación y concertación en la que participan centrales obreras y los gremios.
Con una inflación que ya supera el 12%, una cifra que constituiría el piso para la negociación, las proyecciones de los analistas oscilan entre 13,5% (que propuso Fedesarrollo) y un 15%, aunque algunos no descartan un porcentaje mayor.
“Anticipándonos a la discusión del aumento del salario mínimo que inicia en los próximos días, desde Fedesarrollo sugerimos un aumento del 13,5%, con base en una inflación esperada para 2022 de 12,3% y un crecimiento estimado de la productividad de 1,2%”, dijo el director del centro de estudios en un comunicado.
Según Fedesarrollo, la Comisión de Concertación debe tener en cuenta la desaceleración de la economía el próximo año (1,7% frente al 7,7% de 2022), la alta incidencia de la informalidad laboral en el total nacional, que continúa en el 60%; la alta tasa de desempleo, que continúa por encima del 11%, y que cerca de la mitad de los ocupados en Colombia tiene ingresos inferiores al salario mínimo de $1 millón.
Mauricio Santamaría, presidente de Anif, señala por su parte que un aumento exagerado del salario mínimo puede tener un efecto “nefasto” para la economía.
“El año pasado el salario mínimo creció el doble de la inflación (10% vs 5%), eso tuvo un impacto grande este año sobre el empleo y el año entrante con la economía desacelerándose, un déficit en cuenta corriente alto y la inflación creciendo, subir el salario mínimo a tasas muy altas puede tener sobre el desempleo, aumentaría la pobreza e incrementar el desempleo”, dijo Santamar´+ia en la Asamblea General de Anif.
En línea con lo anterior, el propio presidente, Gustavo Petro, ha señalado que el aumento del salario no tendría ningún efecto si los precios de la canasta familiar aumentan.
«Una central obrera, por ejemplo, puede pegarse en la lucha por el salario mínimo y no está incidiendo en el nivel real de vida de la gente que trabaja. Uno porque mucha no está bajo la relación salarial, otra porque de nada sirve crecer un 10% o 15 % si su canasta familiar crece más, lo que está es bajando el salario», explicó en una intervención en la Casa de Nariño.
Sin embargo, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, ha señalado que «ha habido una pérdida en el valor adquisitivo de los salarios, sobre todo en los últimos 25 años, eso tenemos que decirlo, la reflexión que nos ha hecho como protegemos el valor adquisitivo de los salarios».
«El salario mínimo está atado a una serie de actividades que sube y tienen una implicación grande como en la canasta familiar», agregó.
Según la funcionaria, la mesa de negociación y concertación se instalará el 30 de noviembre, “último día que manda la ley para poder construir las medidas de productividad que harán parte de esta mesa, y el 5 y 6 de diciembre estaremos entregándole al país las cifras y el debate que tendremos en la mesa”.
Recientemente, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dijo que el gobierno tomará medidas para que el aumento del salario mínimo no sea un factor que siga afectando la inflación.
“Como una de las medidas contra la inflación, vamos a proceder a desindexar el salario mínimo de todos los productos. La discusión es que hay unos productos de decreto y otros de ley”, explicó Ocampo.