Cada vez que el Banco de la República modifica la tasa de interés pone en marcha una serie de fuerzas que, con cierto rezago, afectan las tasas de interés de mercado a diferentes plazos.
El pasado viernes 27, la junta directiva del Banco de la República subió en 75 puntos básicos hasta 12,75% su tasa de intervención que es el costo de los préstamos que el Emisor les hace a los bancos y demás entidades financieras del país, en el corto plazo.
Ese mismo día, la Superintendencia Financiera certificó el interés bancario corriente para la modalidad de crédito de consumo y ordinario de febrero, y las noticias no son buenas para quienes financian sus compras a 12 meses o más.
En efecto, según la entidad, para la modalidad de crédito de consumo y ordinario la tasa usura aumentó de 43,26% (que aplicó en enero) a 45.27% efectivo anual en febrero, lo que representa un aumento de 201 puntos básicos (2.01%) con respecto al período anterior.
Y aunque la tasa de usura es el máximo que pueden cobrar las entidades financieras por las modalidades de crédito antes mencionadas, las cifras de la propia Superintendencia revelan que la mayoría de las entidades financieras estaban cobrando tasas que oscilan entre el 41,25% y 43,16%, prácticamente la de usura a mediados de enero.
Subir la tasa de interés equivale a ponerle un freno deliberado a la economía para evitar que el consumo siga presionando al alza el costo de vida, léase, la inflación cifra cifra anual llegó a 13,12% en enero.
Cada vez que la Junta Directiva del Banco de la República modifica la tasa de interés pone en marcha una serie de fuerzas que, con cierto rezago, afectan las tasas de interés de mercado a diferentes plazos, la tasa de cambio y las expectativas de inflación, variables que a su turno influyen sobre:
– El costo del crédito, es decir, la tasa de interés que usted paga cuando se endeuda (la tasa de usura).
– Las decisiones de gasto, producción y empleo de los colombianos.
– La tasa de cambio y el precio de los activos, como las acciones, la deuda del Gobierno (TES) y los bonos de las empresas, entre otros.
– Y la tasa de inflación.