El repunte de la divisa le recordó al mundo su capacidad para infligir daño a la economía global, pero inversionistas consideran que la fortaleza del dólar ya ha llegado a su fin.
Al 28 de diciembre, el dólar ha subido un 8,9% este año según las mediciones del índice del dólar del Wall Street Journal, que rastrea su valor frente a otras 16 monedas. Eso marcaría su mayor aumento anual desde 2014. El índice alcanzó su punto máximo a fines de septiembre en el nivel más alto en datos que se remontan a 2001.
En el caso de Colombia, la divisa comenzó el año en 3.981 en enero, alcanzó su máximo valor el 8 de noviembre ($5.061,21) para caer por debajo de los $4.800.
Según los analistas, el dólar está terminando el año a la defensiva, después de haber devuelto aproximadamente la mitad de sus ganancias desde ese punto máximo, ya que los inversionistas apuestan a que la inflación de EE. UU. se está desacelerando.
La fortaleza del dólar tomó por sorpresa a la mayoría de los inversionistas. La moneda ya había subido en 2021 ante las expectativas de que la Reserva Federal comenzaría a subir las tasas este año para controlar lo que Wall Street creía que era un aumento temporal de la inflación. Algunos inversionistas pensaron que el dólar estaba sobrevaluado y listo para caer.
Pocos esperaban que la inflación se mantuviera tan obstinadamente alta, o que la Fed aumentara las tasas en más de 4 puntos porcentuales en el lapso de nueve meses. El aumento de las tasas impulsa al dólar al atraer inversionistas de todo el mundo a los activos estadounidenses, como los bonos del Tesoro. La invasión rusa de Ucrania impulsó al dólar cuando los inversores huyeron a activos considerados seguros y un aumento en los precios de la energía agravó las presiones inflacionarias.
“Sin Rusia invadiendo Ucrania, un dólar débil habría sido la decisión correcta” para 2022, dijo Derek Halpenny, jefe de investigación de mercados globales en la región europea del Banco MUFG de Japón al Wall Street Journal. “Ese fue el cambio masivo, porque creó este segundo shock inflacionario global que obligó a la Fed a actuar como lo hizo”.
Pero lo cierto es que los efectos del alza del dólar han sido globales, ayudando a empujar las monedas extranjeras (como el peso y otras emergentes en algunos momentos) a niveles históricamente bajos. El euro superó la paridad con el dólar en julio, y la libra esterlina tocó su punto más bajo en septiembre en más de 200 años de cotización frente al dólar, mientras que el yen japonés cayó a su punto más débil desde 1990.
“El dólar puede ser como un vórtice: a medida que comienza a acumular poder, las cosas más débiles se toman primero”, dijo Andrew Keirle, gerente de cartera de renta fija global de T. Rowe Price. “Cuando esa fuerza centrífuga crece y crece y crece, eventualmente incluso los buenos activos comenzarán a moverse”.
Sin embargo, en el caso de Colombia, además de la fortaleza global del dólar, la incertidumbre política y económica ha debilitado al peso. Y si bien, la moneda local se ha fortalecido ligeramente, la devaluación anual es cercana al 20%, una de las mayores de la región.
De cara al corto plazo, el comportamiento de la divisa norteamericana dependerá del proyecto de reforma pensional que el Gobierno lleve al Congreso en marzo, ya que las administradoras de pensiones y cesantías (AFP) juegan un papel clave en el mercado de capitales y compran deuda pública con los aportes de sus afiliados.
Con información del Wall Street Journal.