La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reafirmó su apuesta por el desarrollo rural en América Latina y el Caribe, centrando sus esfuerzos en el fortalecimiento de las cooperativas y la inversión habilitante como vía para reducir las brechas estructurales en los territorios rurales.
A través de la Iniciativa Mano de la Mano, lanzada para impulsar la acción colectiva y la transformación de los sistemas agroalimentarios, se han movilizado cerca de 1.750 millones de dólares en la región entre 2022 y 2024. Esta estrategia promueve inversiones que no solo buscan impacto directo, sino que también habilitan otras inversiones en bienes públicos, plataformas institucionales, capital humano y recursos catalizadores.
Actualmente, existen más de 28.000 cooperativas rurales en América Latina y el Caribe, integradas por más de 6 millones de personas. Muchas de ellas están conformadas por agricultores familiares y cumplen un papel clave en la producción local, la generación de empleo y la participación comunitaria en la toma de decisiones.
Según la FAO, el cooperativismo no solo fortalece la seguridad alimentaria, sino que también promueve la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, la inclusión económica y el desarrollo territorial con enfoque de equidad.
Casos concretos de impacto
En Junín, Perú, la iniciativa permitió articular 12 organizaciones de productores con seis empresas del sector privado, generando negocios por un millón de dólares. Esto incluyó la compra de 600 toneladas de chips y la creación de un comité dentro del Comité de Gestión Regional Agraria (CGRA) para coordinar programas agrarios.
En República Dominicana, la transformación territorial de la Región de Enriquillo avanza con el impulso del Centro Agroindustrial Enriquillo Norte. Allí, 33 organizaciones agrupan a más de 13.800 productores que ya están conectados con cadenas de suministro dirigidas al turismo, como hoteles y cruceros.
Cooperativas como motor de transformación
En el marco del Día Internacional de las Cooperativas (5 de julio) y el Día Mundial del Desarrollo Rural (6 de julio), la FAO reiteró su compromiso con una mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás. Su enfoque se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y destaca al cooperativismo agroalimentario como herramienta para avanzar con inclusión, eficiencia, resiliencia y sostenibilidad.
Para conmemorar estas fechas, la FAO ha organizado eventos clave en la región. En Ecuador, se llevará a cabo el encuentro “Cooperativismo y Nueva Asociatividad, perspectivas desde territorio”, en Cotopaxi, junto a la Unión Europea, productores locales, estudiantes y autoridades. En Uruguay, el 5 de julio se realizará el diálogo “Las cooperativas y la transformación del sistema agroalimentario”, en alianza con el Instituto Nacional del Cooperativismo, con participación de referentes del gobierno y representantes del sector rural.
Alianza regional para fortalecer el cooperativismo
La Asamblea General de la ONU declaró 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas, reconociendo su papel frente a retos como la seguridad alimentaria y el desarrollo rural. En línea con esta designación, la Oficina de la FAO para América Latina y el Caribe firmó en noviembre pasado un Memorando de Entendimiento con la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), estableciendo cinco líneas de acción para fortalecer el modelo cooperativo en los próximos cuatro años.
Entre las prioridades están: movilizar recursos, promover la Ley Modelo sobre Cooperativas Agroalimentarias del Parlatino, expandir el conocimiento sobre el cooperativismo, fomentar la cooperación entre cooperativas y promover formas asociativas innovadoras en toda la región.
Con estas acciones, la FAO apuesta por un modelo de desarrollo que parte del territorio, reconoce la acción colectiva y pone en el centro a las comunidades rurales como protagonistas del cambio.
