En un mundo donde la tecnología está en el corazón de la innovación y el progreso, el rol de las mujeres en este sector sigue siendo un desafío pendiente. Aunque la demanda por talento femenino en tecnología ha crecido, menos del 20% de los cargos de liderazgo en tecnología están ocupados por mujeres en América Latina. Este escenario revela una brecha preocupante que no solo limita el potencial de las mujeres, sino que también frena el avance de las organizaciones hacia un futuro más inclusivo y equitativo.
Un panorama desigual, pero con esperanza
El estudio Woman in Tech 2.0 de Pagegroup muestra que el 73% de los encuestados reconoce la existencia de una brecha salarial en las posiciones tecnológicas. Esto evidencia que, aunque las organizaciones se esfuercen por atraer más mujeres a sus vacantes, la realidad es que la demanda sigue superando con creces a la oferta disponible. Argentina, Chile y México presentan cifras particularmente bajas en cuanto a la participación femenina en roles tecnológicos, lo que destaca la urgencia de abordar este desafío desde diferentes frentes.
Colombia, por otro lado, muestra un panorama algo más alentador, liderando en participación femenina en tecnología con un 32%. Sin embargo, esta cifra ha disminuido en los últimos tres años, reflejando un retroceso en los avances logrados. La directora de Page Consulting, Carolina Chaves, advierte que “no podemos permitir que la brecha de género siga ampliándose en un sector tan vital como el tecnológico. Es fundamental que las
empresas y las instituciones educativas trabajen de manera conjunta para fomentar la inclusión y garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades de desarrollo y liderazgo que sus compañeros hombres.”
Los obstáculos invisibles
La escasez de mujeres en roles de liderazgo tecnológico no solo se debe a la falta de postulantes, sino a factores más profundos como la persistencia de estereotipos de género y la falta de apoyo en los procesos de reclutamiento. La tecnología ha sido tradicionalmente asociada con roles masculinos, una percepción que ha limitado la inclusión y promoción de mujeres en este campo.
Hacia un futuro inclusivo
Cerrar esta brecha requiere una transformación cultural y estructural. Es necesario implementar estrategias que desafíen los paradigmas existentes, fomentar entornos educativos inclusivos desde una edad temprana y ofrecer mentoría a las jóvenes interesadas en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Además, las políticas empresariales deben evolucionar para promover la equidad de género en todas las etapas de la carrera profesional.
Un 66% de las empresas, según el estudio, ya promueven a las mujeres en tecnología dentro de sus organizaciones, facilitando su avance. Además, el 43% de las organizaciones están introduciendo modalidades de trabajo más flexibles, lo que permite a las mujeres conciliar mejor sus vidas laborales y personales, un paso crucial para atraer y retener talento.
Más allá de la diversidad: DE&I como motor de cambio
Los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) no son solo una cuestión de justicia social, sino una estrategia empresarial esencial para el éxito y la sostenibilidad en el entorno actual. La data del estudio Talent Trends de PageGroup revela que el 59% de los encuestados considera esencial acortar la brecha salarial, mientras que el 41% enfatiza la importancia de aumentar la representación femenina en posiciones de liderazgo.
«Invertir en programas DE&I no solo contribuye a un ambiente laboral más inclusivo y diverso, sino que también permite a las empresas construir equipos más fuertes, resilientes y preparados para sobresalir en un mercado tecnológico competitivo y en constante cambio,” concluye Chaves.
El mensaje es claro: la tecnología del mañana debe ser construida por todos, y es hora de que las mujeres ocupen el lugar que merecen en este viaje hacia un futuro más innovador y sostenible para América Latina.