Cuando se dispara el costo de vida pierden los asalariados y los pensionados, porque los salarios y las pensiones solo se ajustan cada año, pero también los arrendatarios de viviendas.
Con una variación mensual de 1,78% y anual de 13,25%, el costo de vida sigue siendo uno de los principales dolores de cabeza de los colombianos.
Definida por expertos como el aumento de los precios de los bienes y servicios que componen la canasta familiar típica de una familia de clase media, cuando se dispara el costo de vida pierden los asalariados y los pensionados, porque los salarios y las pensiones solo se ajustan cada año, según el analista Eduardo Lora.
También pierden los arrendadores de viviendas, mientras que ganan los inquilinos. Y pierden los acreedores que han prestado a tasas fijas, mientras que ganan los deudores. Y, por supuesto, pierde todo el que tenga dinero en efectivo o en el banco.
Pero, ¿por qué suben los precios y por qué unos suben más que otro?
Según los académicos, en general, lo que ocurre es que la oferta de algunos bienes y servicios se ha reducido mientras que la demanda no ha cambiado, por lo que sus precios suben.
Por un lado, los problemas de las cadenas de abastecimiento han reducido el ritmo de producción de bienes que, además, tardan más en llegar a los mercados por dificultades en el transporte marítimo, aunque los mayores problemas comienzan a quedar en el pasado.
Por otro lado, la invasión rusa a Ucrania y las sanciones de los países occidentales han reducido el suministro de petróleo y gas y, por eso, la producción de bienes que utilizan petróleo y gas se ha encarecido, lo que se refleja en los precios que pagan los consumidores.
En Colombia, todavía se siente el impacto del ‘paro nacional’ del año pasado sobre los precios de los alimentos, a lo cual hay que añadir factores como la devaluación del peso y excesos de demanda, que han llevado al Banco de la República a elevar su tasa de intervención.
Y aunque hay pocas opciones para evadir las alzas, muchos colombianos están optando por recurrir a las marcas propias o blancas de los establecimientos comerciales, a comprar menos unidades de muchos bienes y volver a las plazas de mercado, para conseguir bienes más baratos y evitar a los intermediarios.
A pesar de la elevada cifra de enero, la buena noticia es que los analistas esperan que la inflación comience a ceder en los próximos meses y que cierre el año en 8,89% en un rango entre 8,50% y 9,96%, según la encuesta de opinión financiera de Fedesarrollo.