Aunque Colombia es vulnerable a un aumento global de tasas de interés, políticas o anuncios que aumenten la incertidumbre agudizan la debilidad del peso.
Después de una semana de respiro para el peso, el dólar alcanzó un nuevo techo de $5.017, aunque el precio promedio de la jornada se situó en $4.975,75 en promedio, lo cual representó un incremento de $77,01 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM) de este martes ($4.898,74).
Aunque el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dijo en la última reunión de la junta del Banco de la República que los mercados se habían equivocado especulando contra el peso, la recuperación parece haber sido una cosa pasajera y ayer lunes se presentó una venta récord papeles de deuda del gobierno (TES).
“Tanto ayer cómo hoy hay una presión mundial sobre las monedas, en particular, con las latinoamericanas y espero que eso se normalice; obviamente todo el mundo está esperando la decisión de la Reserva Federal. Después de ese alza, los mercados reaccionarán y veremos cuál es el resultado”, dijo el funcionario al explicar la elevada devaluación del peso.
Y aunque el dólar se encuentra en su nivel más alto desde 2000 y se ha fortalecido incluso frente a monedas de reserva como el yen y euro, detrás de la debilidad del peso también hay factores locales, como la incertidumbre que rodea al sector minero energético, a raíz de pronunciamientos del gobierno y del impacto de la reforma tributaria que tramita el Congreso.
“Los anuncios del gobierno sobre el sector minero energético han puesto en duda la capacidad del país para seguir generando ingresos en el futuro y ha deteriorado la percepción de los inversionistas”, explica Munir Jalil, Jefe de Investigaciones Económicas para la Región Andina de BTG Pactual.
Hoy, los llamados CDS (swaps de incumplimiento crediticio) muestran que la deuda de Colombia se considera más riesgosa que la de Brasil, a pesar de que el país cuenta con una mejor calificación crediticia.
Según Jalil, Colombia debe empezar a recuperar la confianza inversionista demostrando que mantiene su responsabilidad política, fiscal y crediticia.
“Esto tomará tiempo, por lo que será clave que el gobierno no solo muestre que trabajará en reducir el déficit en la cuenta corriente y fiscal, sino que brinde en sus pronunciamientos certidumbre a la inversión”.
“Es urgente que el gobierno se pronuncie sobre la nueva exploración”, coincide el analista Felipe Campos, Gerente de Inversión de Alianza Valores y Fiduciaria.
En una coyuntura en la que el banco central de Estados Unidos está decidido a quebrarle el espinazo a la inflación, elevando sus tipos de interés en 75 puntos que pasarían de entre 3 y 3,25%, a 3,75-4%, esta política no solo ha generado condiciones de liquidez apretadas sino que también convierte al dólar en la moneda de refugio por excelencia.
“Colombia es vulnerable a un aumento global de tasas de interés. Políticas, o anuncios, que afecten el ahorro doméstico o las cuentas externas exacerban el problema”, señala José Ignacio López, gerente de investigaciones de Corficolombiana. “Si el peso hubiera seguido la tendencia promedio de otras monedas de la región estaría cercano a los $4.125”.
Para el bolsillo de los colombianos, un dólar más caro supone un riesgo de mayor inflación (ya que un porcentaje de la devaluación se traslada a los bienes de la canasta familiar); en otras palabras, el encarecimiento de los alimentos, los viajes, los vehículos, electrodomésticos, etc.