El documento prevé una disminución en la producción de petróleo de cerca de 286 mil barriles diarios y una caída en ingresos fiscales de $12,7 billones en el 2030.
En un nuevo pronunciamiento, el Comite Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, señala las consecuencias macroeconómicas y fiscales de una política de no exploración y de la última reforma tributaria, que aumenta los impuestos al sector y prohíbe la deducibilidad de las regalías, y el panorama es preocupante, a juicio de sus miembros.
El análisis revela una disminución de la inversión de 30% anual en el periodo 2023-2030 producto de estas políticas, que llevaría a una caída de la producción de petróleo en 2030 de cerca de 286 mil barriles diarios (frente a los 771.008 barriles de noviembre del año pasado, el último dato disponible).
Según el documento, lo anterior redundaría en una caída de las exportaciones de petróleo de 55% en 2030, que llevarían a un mayor desbalance comercial.
“En el escenario base, el déficit comercial alcanzaría el 3,2% del PIB en 2030; con una caída de la inversión de 30%, el déficit comercial se estabilizaría alrededor de 3,5% del PIB. Por su parte, una caída de la inversión del 30%, disminuiría los ingresos fiscales de 2030 en $12,7 billones, un 26% de los ingresos fiscales del escenario base”.
Y aunque no proyecta una cifra específica, el análisis concluye que la ausencia de nueva exploración podría reducir de forma importante los ingresos petroleros de la nación y las regiones, y afectar la oferta de dólares a través de menores exportaciones e inversión.
Por su parte, aunque la reforma tributaria incrementaría los ingresos de la nación en el corto plazo, este aumento no sería permanente, se observarían menores transferencias del sector a la nación en el mediano plazo como consecuencia de una menor producción.