Amarilo, la reconocida constructora colombiana, ha lanzado su nueva Política de Biodiversidad, posicionándose como la primera del país en implementar una estrategia enfocada en el desarrollo urbano sostenible y en equilibrio con el entorno natural. Este lanzamiento, que se da en vísperas de la COP16, refleja el compromiso de la empresa por minimizar y compensar los impactos ambientales de sus proyectos, buscando un futuro más armónico entre lo urbano y lo ambiental.
Con la mirada puesta en 2030, Amarilo proyecta la conservación y restauración de 1.000 hectáreas de ecosistemas estratégicos y amenazados en Colombia. “Creemos firmemente que la conservación de la biodiversidad es responsabilidad compartida entre gobiernos, organizaciones ambientales y empresas privadas. Con esta política, aspiramos a ser un modelo a seguir en el sector, demostrando que es posible coexistir en armonía con la naturaleza”, afirmó Roberto Moreno, CEO de Grupo Amarilo.
La Política de Biodiversidad de Amarilo está sustentada en seis programas clave. Entre ellos destaca BioUrbanismo, enfocado en la protección y restauración de la funcionalidad ecosistémica en el diseño y construcción de sus proyectos. Asimismo, el programa EducaBio busca educar a las comunidades sobre biodiversidad y cambio climático, mientras que CompensaInnova promueve compensaciones ambientales eficientes y voluntarias. Otros programas incluyen Inversiones Estratégicas en Ecosistemas Amenazados y Relacionamiento Estratégico, orientados a generar alianzas y comunicar los logros en conservación.
La iniciativa de Amarilo responde a una situación alarmante a nivel global: entre 1970 y 2018, las poblaciones de vertebrados silvestres han disminuido en un promedio del 69%, con una pérdida impactante del 94% en América Latina y el Caribe. Con esta política, Amarilo se posiciona como un líder en la gestión de biodiversidad dentro de sus desarrollos, demostrando que es posible crear un equilibrio entre el crecimiento urbano y la protección de los ecosistemas.
Esta estrategia no solo garantiza un impacto positivo en el planeta, sino que establece a Amarilo como referente de sostenibilidad en el sector de la construcción, marcando el camino hacia un futuro en el que la biodiversidad y el desarrollo puedan coexistir de manera efectiva y rentable.