La acelerada digitalización y la masiva adopción de dispositivos móviles y tecnologías de Internet de las Cosas (IoT) han colocado a Colombia en la mira de ciberataques cada vez más sofisticados. Desde el ransomware hasta ataques de phishing, las amenazas cibernéticas no solo impactan a las empresas, sino también a ciudadanos cuyos datos personales y financieros están en constante riesgo.

Según Daniel Baiz Cabal, CEO de OneAxiom, firma norteamericana especializada en ciberseguridad, las principales amenazas que enfrentan empresas y personas en el país incluyen:
- Phishing: Los atacantes envían correos electrónicos falsos que imitan ser legítimos para obtener contraseñas o datos bancarios, utilizando mensajes personalizados que aumentan su efectividad.
- Ransomware: Consiste en bloquear archivos o sistemas clave para exigir un rescate económico. Este tipo de ataque ha impactado gravemente a grandes empresas, generando pérdidas millonarias.
- Ataques DDoS: Mediante redes de computadoras infectadas, los delincuentes saturan un sitio web con tráfico malicioso, dejándolo inoperativo y exigiendo pagos para detener el ataque.
- Ataques de día cero: Aprovechan vulnerabilidades desconocidas en software, permitiendo a los atacantes acceder a información confidencial o incluso control total de sistemas críticos.
«Para protegerse, es fundamental no interactuar con correos sospechosos, mantener el software actualizado y usar soluciones antivirus confiables. Las empresas deben invertir en servicios de mitigación de ataques DDoS y monitoreo constante de su infraestructura tecnológica», señala Baiz, egresado de Harvard.
Inversión en ciberseguridad: una respuesta urgente
La creciente sofisticación de los ciberataques ha llevado a empresas e instituciones a aumentar significativamente su inversión en seguridad digital. En 2024, el mercado de ciberseguridad en Colombia alcanzará los 1.01 mil millones de dólares, y se proyecta que crecerá a una tasa compuesta anual del 10.95%, superando los 1.71 mil millones de dólares en 2029.
Por su parte, el gobierno colombiano ha fortalecido su marco regulatorio en ciberseguridad, desarrollando estrategias nacionales para proteger infraestructuras críticas y datos sensibles. Esta respuesta incluye:
- Cooperación entre el sector público y privado para compartir información y aplicar mejores prácticas.
- Formación de talento especializado en ciberseguridad.
- Implementación de tecnologías avanzadas y mejora de infraestructuras tecnológicas.
Además, organismos internacionales han apoyado estos esfuerzos, promoviendo colaboraciones transfronterizas para combatir el crimen cibernético a nivel regional.
«El compromiso por mitigar riesgos cibernéticos no solo incluye robustecer las infraestructuras críticas, sino también garantizar la privacidad y seguridad de los ciudadanos. Este enfoque integral, que combina tecnologías de última generación y formación continua, es clave para enfrentar las amenazas actuales», concluye Baiz.
Con estas acciones, Colombia da un paso adelante en su lucha contra los ciberataques, posicionándose como un referente regional en el fortalecimiento de su ciberseguridad. Sin embargo, el desafío persiste, y la colaboración entre gobierno, empresas y ciudadanos será crucial para garantizar un entorno digital seguro.