Colombia, con un IPC del 13,12% el año pasado, es la ‘oveja negra’ entre los países miembros de la Organización de la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que hasta noviembre registraron una variación del 10,3%.
La inflación del año pasado (13,12%) no solo fue el peor dato registrado desde 1999 sino también un baldado de agua fría para analistas, los colombianos y el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien en varias ocasiones dijo que preveía un cambio en la tendencia en el costo de vida.
Lo que está en juego no es poco. La variación del IPC prácticamente se ‘comió’ el alza del salario mínimo (16%) y obligará al Banco de la República a elevar su tasa de intervención en al menos 100 puntos básicos en la próxima reunión de su Junta Directiva.
Tal fue el baldado de agua fría que entidades como Bancolombia sostienen que, tras la sorpresa alcista de diciembre, la inflación anual comenzaría un lento proceso de moderación hasta el segundo trimestre, que respondería al debilitamiento de la demanda interna.
“Colombia está viviendo el choque inflacionario más desafiante en lo que va de este siglo, al punto que el incremento de los precios es hoy por hoy el principal problema y el mayor riesgo económico que enfrentamos”, señala el análisis.
A juicio de Bancolombia, el fenómeno inflacionario está respondiendo a factores adicionales al aumento en los costos, los cuales son en buena medida locales, tales como las elevadas presiones de demanda ante el crecimiento del consumo, el efecto de la indexación, los aumentos reales del salario mínimo y el traspaso de la devaluación del peso.
De hecho, se puede decir que, en materia inflacionaria, Colombia es la ‘oveja negra’ entre los países miembros de la Organización de la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que hasta noviembre registraron una variación del 10,3% en la inflación.
A pesar del baldado, Ocampo mantiene el optimismo y el equipo económico sostiene que la inflación cerrará 2023 en 7,2%, una cifra similar a la proyectada por el Banco de la República y sorpresivamente, por JP Morgan que en un análisis proyectó un IPC del 7%.
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