Usar al menos 16 caracteres que incluyan mayúsculas, minúsculas, números y símbolos; tener claves únicas en cada cuenta y cambiarlas cada tres meses, algunas de las sugerencias.
Aunque la mayoría de los usuarios debería saber cómo y por qué crear contraseñas seguras, por qué no es una buena idea usar la misma clave para diferentes cuentas y por qué estas nunca se deben compartir con nadie, la verdad es que esto no ocurre.
Según la firma Kaspersky, el siguiente test le permitirá determinar cinco situaciones en las que un cambio de contraseña es indispensable para resguardar su información:
- Alguno de sus servicios en línea ha sufrido una filtración de información.
A veces, los desarrolladores pasan por alto ciertos aspectos de seguridad o cometen errores al configurar el sistema. Los atacantes, por su parte, nunca se dan por vencidos, pues saben que solo necesitan tener suerte una vez. Por desgracia, tales robos, también conocidos como fugas de datos, son comunes y, a menudo, bastante grandes.
En lo que va del 2023, ya se han reportado fugas de datos a LastPass, T-Mobile, Twitter y PayPal. Dichos registros de bases de datos a menudo aparecen a la venta en el mercado clandestino donde se han encontrado datos confidenciales como registros médicos o identificaciones personales, a precios inclusive menores de lo que cuesta una taza de café.
– Sospecha que ha sido víctima de phishing
A los estafadores les gusta enviar correos electrónicos en nombre de sitios conocidos con solicitudes de cambio de contraseña falsas en un intento de averiguar su contraseña actual.
También es frecuente que los cibercriminales creen sitios falsos usando nombres de empresas famosas, cambiando sutilmente la dirección de una página oficial.
En ambos casos, lo que buscan es que un usuario descuidado caiga en la trampa. Si sospechas que has sido víctima de esta táctica de ingeniería social, cambia tu clave de inmediato.
– Otra persona conoce su clave
La contraseña no se comparte con nadie: muchos internautas consideran que compartir sus contraseñas representa un símbolo de confianza y no dudan en dar su contraseña a familiares o amigos. Caer en esta práctica es ceder a alguien más el control total de nuestra información, nuestra privacidad e inclusive, nuestras finanzas. El ejemplo es válido: trata a tus contraseñas con la misma delicadeza con la que tratas tu ropa interior.
– Recibe una notificación oficial
Es importante leer los correos electrónicos cuidadosamente. Empresas, plataformas tecnológicas o sitios de renombre y de reputación intentan informar a los usuarios afectados sobre posibles incidentes o brechas de seguridad lo antes posible. Por ende, es importante no descartar las solicitudes para cambiar tu contraseña. No hagas clic en los enlaces de los correos electrónicos; mejor escribe la dirección del sitio web manualmente en la barra de navegación. De esa manera, estás protegiéndote de un posible intento de phishing.
– Usar la misma contraseña para más de una cuenta
Esta práctica deja vulnerables todas las cuentas o plataformas en que utilices la misma clave, pues en caso de sufrir un hackeo en alguna de ellas, es más fácil que todas se vean comprometidas. Por ello, se recomienda utilizar una contraseña única para cada plataforma; lo ideal es no “reciclarlas”, es decir, no emplear “paris1”, “paris2”, “paris3” en tres sitios distintos.
Si se vio identificado en una de las situaciones, ¡es momento de renovar tu contraseña! Entre las recomendaciones para hacerlo tenga en cuenta las siguientes:
– Use al menos 16 caracteres que incluyen: mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
– Tenga claves únicas en cada cuenta, así en caso de que una se comprometa, no afecta al resto.
– Cámbielas constantemente, cada 3 meses sería ideal
– Utilice generadores de contraseñas para crear claves sólidas y seguras.