El Encuentro de Perspectivas Económicas 2025, organizado por Camacol Bogotá y Cundinamarca, reunió a expertos del sector económico para analizar las tendencias y desafíos que enfrentará el país en el próximo año. Entre los principales ponentes estuvieron Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, Sectoriales y Mercado de Bancolombia, y Daniel Gómez, vicepresidente del Consejo Privado de Competitividad. Ambos coincidieron en que 2025 será un año de crecimiento moderado, ajustes en las tasas de interés y consolidación de estrategias para mejorar la competitividad.
Un crecimiento modesto y retos inflacionarios
Según Bancolombia, la economía colombiana seguirá en una senda de crecimiento bajo pero estable. Se proyecta que el PIB del país crecerá entre un 2,5% y 3%, impulsado por una recuperación gradual del consumo de los hogares y el dinamismo en sectores clave como el comercio y los servicios financieros. Sin embargo, la inflación seguirá siendo un factor de presión, especialmente en bienes de consumo básico y energía.
El Banco de la República ha tomado medidas para controlar la inflación y se espera que las tasas de interés se ajusten de forma progresiva a lo largo del año. Laura Clavijo destacó que estos cambios podrían mejorar el acceso al crédito y dinamizar el sector productivo, aunque aún existe incertidumbre en los mercados internacionales que podrían afectar la economía local.
Competitividad y digitalización: claves para el futuro
Desde el Consejo Privado de Competitividad, Daniel Gómez resaltó la importancia de impulsar la productividad y mejorar la infraestructura económica del país. Uno de los mayores desafíos que enfrenta Colombia es el rezago en digitalización y tecnología, que limita la competitividad de las empresas y afecta la eficiencia en el mercado laboral.
El informe presentado por el CPC indica que la velocidad promedio de internet en Colombia sigue estando por debajo de otros países de la región, lo que dificulta la adopción de herramientas digitales en sectores clave como la educación y el comercio. Además, la informalidad laboral sigue siendo un obstáculo para el crecimiento económico, con un 86% de los trabajadores informales recibiendo ingresos inferiores al salario mínimo.
Para mejorar estos indicadores, Gómez enfatizó la necesidad de facilitar el acceso al financiamiento para pequeñas y medianas empresas (pymes), promover la inversión en infraestructura y fortalecer los programas de capacitación digital para la fuerza laboral.
El panorama económico para 2025 sugiere un año de ajustes y moderación, con expectativas de crecimiento estable pero con retos en inflación y productividad. Si bien las tasas de interés podrían disminuir progresivamente, la clave estará en fortalecer la competitividad del país mediante la inversión en tecnología, educación y financiamiento a las pymes. La adaptación a estas nuevas condiciones determinará el desempeño de los sectores productivos en el corto y mediano plazo.